miércoles, 18 de febrero de 2015

Sintiendo la Divinidad

En algún momento he tenido la sensación que debía de dejar de expresar lo que siento, lo que uno siente, cuando conecta con su divinidad. Ya lo he expuesto en otras palabras escritas a lo largo de un tiempo hacia aquí. Por instantes he tenido el impulso de dejar de escribir sobre lo que siente un ser cuando se convierte en divinidad o se unifica con ella. Es algo personal, individual, el trayecto que debe realizarse para que así sea. Hay una puerta que abrirse, pero es uno mismo quien debe de dar los pasos y, ante ella, abrirla para sentir la majestuosidad de aquel quien es. El camino ya está indicado, así como los posibles síntomas que pueden manifestarse en el interior de cada uno.
Alguna vez me he llegado a plantear el hecho de dejar de expresar con palabras lo que siento o se siente cuando uno se dirige a su interior y deja que su verdadera esencia se manifieste y le haga saber de su naturaleza y las consecuencias que uno puede llegar a sentir y percibir al estar conectado con ella,…con uno mismo.
Todo y así, algo me impulsa a continuar haciéndolo. Mis acompañantes aprueban mi insistencia, con diferentes palabras, aunque siempre se llega a los mismos síntomas porque no podemos dejar de sentir nuestra esencia.
Eres Dios. Eres Divinidad encarnada y cuando el raciocinio del ser que habita en tu cuerpo empieza a darse cuenta que es mucho más que materia, entonces, el milagro empieza a manifestarse a lo largo del resto de su vida.
El camino continua. El flujo existencial en el cual todos estamos inmersos nos lleva a estados más allá de nuestro presente. Estos estados interiores son los que nos permitirán ver la Luz y poder sentir el Amor en su estado más puro e incondicional. Tu Luz va irradiándose más allá de donde te encuentres, porque no hay limitaciones ni temporalidades a lo largo de tu camino. (Pausa).
A veces, me viene una sensación conforme si debo de continuar transmitiendo todo lo que uno puede llegar a sentir, percibir y ver desde la conexión con quien somos, desde nuestra Divinidad, porque solo uno mismo puede llegar a sentir su propia esencia.
No son palabras bonitas, ni dulces, sino la Realidad desde el lado de la Divinidad, no desde nuestra humanidad. Más allá de lo denso y material, se encuentra nuestra alma con un sentido superior, ajeno a cualquier creencia terrenal.
El proceso debe de hacerlo uno mismo para apreciar y sentir lo que en otros escritos y mensajes he podido llegar a transmitir. Lo que habéis leído no es una utopía o una irrealidad fruto de mi imaginación o aislamiento y no identificación con las culturas, religiones, costumbres y tradiciones que me rodean. Todo esto pertenece a un pasado, y al ser humano, no a vuestra verdadera esencia. Cuando nos identificamos con algo de nuestro entorno, procedente de unas generaciones anteriores, ancestrales quizás, empezamos entonces, a etiquetarnos e identificarnos con algo que la mayoría de las veces no pertenece a nuestra esencia y a la energía actual que vivimos.
De diferentes maneras y situaciones, hasta ahora, os he ido mostrando lo que podemos llegar a sentir y encontrarnos, siendo nosotros. Este “ser nosotros” es la conexión con quien en verdad somos,…con DIOS.
El camino lleva a la humanidad hacia su Divinidad. Todos los senderos llevan al camino principal para transmutar lo humano en divino. Este es el proceso que está siguiendo la humanidad en los tiempos actuales.  Estamos dejando atrás aquel quien fuimos para dar paso a quien, realmente somos. No eres quien ves en el espejo, sino lo que representa este ser encarnado. Este sentido  no es racional, sino espiritual, y desde la consciencia es cuando el ser en evolución puede ver la Luz de quién es y la capacidad de sentir con intensidad y emoción esta energía de alta vibración que habita en él.
Es plenitud y un amor sentido en lo más profundo de uno mismo lo que te abre las puertas de toda comprensión sobre lo habido y por haber. La sabiduría emerge de ti mismo, pero no antes de sentir a voluntad, con plena voluntad y emoción, los más altos sentimientos más sublimes que puedan llegar a existir en el universo. Cuando te fundes con él, entonces sientes la unicidad en ti y te das cuenta, con una gran claridad, del camino a seguir a partir de estos momentos en tu vida, así como una visión superior de nuestro amado planeta y de todo lo que está sucediendo en él. Sientes conforme todo está yendo bien y cada uno tiene un papel importante que hacer para quien tiene a su lado. Esta función no es humana, sino divina.
Sientes tu verdadero potencial en ti, emanando de ti y en tu interior, en cada una de tus células. Te das cuenta de la responsabilidad de tu ser en tu propia vida y en la de los demás. Sientes una armonía absoluta en tu vida, dándote cuenta del perfecto orden que todo se encuentra. Es tu identificación con lo humano, con lo terrenal que te aísla y te distrae de la verdadera dirección a seguir y de la Verdad Universal en ti, en los demás y de nuestro amado planeta. Todo tiene sentido.
A medida que voy escribiendo, me doy cuenta que vuelvo a expresar aspectos que el ser puede sentir cuando está conectado, unificado con su esencia divina. El camino lo debe de hacer cada uno. Es entonces cuando, en su momento, podrás sentir lo leído, dicho  y anhelado, no solo por mí, sino por otros seres que indican cuál es nuestra dirección. Es cada uno que debe de llegar a él mismo.
¡Escuchad a vuestro corazón! Él os dirá qué hacer y el cómo. 
Sé que algún día vosotros también sentiréis lo que siento en estos momentos en mi interior. No es algo que solo unos pocos pueden sentirlo. Es parte de ti, de tu esencia, y por lo tanto, todos, absolutamente todos, podemos sentir nuestra divinidad si nos abrimos a ella.
¡Siento tanto Amor en mí! Os hablo desde mi corazón abierto al vuestro.
Somos Amor, y solo existe el AMOR.
Esta energía, la de más alta vibración existente en todo, no solo en el universo, sino en el firmamento, es la que produce la liberación de todo aquello que no se corresponde con tu esencia, tu verdadera esencia. Al final, llegaremos a dejar, incluso, la materia para continuar nuestro camino desde otras dimensiones etéreas.
Es el Amor quien os lleva a vosotros mismos.
Es el Amor quien abre las puertas de vuestra realización.
Es el Amor quien os concede la sabiduría.
Es desde el Amor que puedes sentir quien eres con todo tu resplandor y emoción.
Lo que vives es Amor, aunque sea no deseado.
Lo que te ha sucedido en tu vida, ha sido desde el Amor.
El Amor no te ha hecho padecer ni te ha creado dolor. El Amor te ha permitido aprender de lo sucedido para que tú puedas llegar a ser tú.
El Amor te ha abierto las puertas para que puedas ver claro. No ha creado las injusticias, pero sí el sentimiento adecuado para ti para darte cuenta de la necesidad de la igualdad y la tolerancia.
Lo creado ha sido fruto de la no conexión con tu verdadera esencia. Entonces, tus pasos te han llevado al dolor, sufrimiento, miseria o desgracia según tus palabras, pero nada de esto es, porque todo tiende al equilibrio, y cuando nos alejamos de nosotros mismos, creamos el desequilibrio, pero incluso apartándonos de nosotros mismos, el Amor hace que quieras volver a encontrarte  y saber de ti.
Eres DIOS. ¿No lo recuerdas? ¡Oh, sí! Ya lo creo que eres Dios. ¿Acaso no deseas lo mejor para ti y los seres amados? ¿Ves? De tu interior emerge tu esencia pidiendo paso. A pesar de todo, has llegado hasta aquí, con todo lo que has vivido y cómo lo has vivido. Algo dentro de ti te empuja a continuar, dándote aliento y fuerzas, aunque no sepas de donde proceden, para poder continuar tu camino. ¡Escucha a tu corazón! ¡Escucha tu interior! Sabrás entonces, el por qué de todo y qué hacer.
Nosotros somos los creadores de lo vivido en cada Ahora de nuestro proceso. Siente el Amor en ti y verás la salida de tu situación y la Luz que te acompaña en todo momento, que te abraza y guía en tu camino. Escucha la voz de tu interior.
Cuando sentimos el Amor en nosotros y somos Uno con él, la inmensidad de la plenitud será en nosotros. En ella, somos transportados a nuestro verdadero Hogar, mostrándonos aquel quienes somos con toda nuestra majestuosidad.
¡SENTID, amadas almas! ¡SENTID aquel quienes sois! Siendo vosotras, nada deberéis de temer, porque seréis llevadas hacia vuestra máxima presentación al mundo con todo vuestro Resplandor, Luz, Serenidad, Armonía, Calidez, Ternura, Comprensión, Aceptación, Despreocupación, Paz, Calma, Sosiego absoluto, Dejadez a las manos de la Fuente que te creó, Visión clara, ………………..y más connotaciones, sentimientos e incluso emociones, que no pueden ser expresadas con palabras humanas. No hay léxico suficiente para poder expresar lo que uno siente cuando es él.
SIENTE amada alma, y deja que aquel quien eres te guíe en el camino hacia ti. Entonces, sabrás, comprenderás y verás la Realidad y la Verdad de tu existencia en estos instante de tu evolución encarnada.


Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros. 

No hay comentarios: