jueves, 6 de abril de 2017

Entrando en el estado interior


Siento una inmensa sensación de expansión dentro de mí, toda iluminada, con una gran serenidad, paz, amor y una claridad conforme lo que siento es mi Divinidad manifestándose en mí, es decir, que yo estoy sintiendo aquel quien Yo Soy.
Es un estado de sentirte unido a todo, con un gran sentimiento de familiaridad celestial, más allá de la mundana. Es sentirte elevado, como percibiendo todo tal como es, no como nos pensamos que es.
Esta sensación constante en mí, vaya donde vaya, esté donde esté, hace que aquel quien soy pueda sentirse libre en mí, en este cuerpo que habito y alimento.
¡¡¡Es tan grande el poder sentir la Divinidad en uno mismo!!! (La emoción al expresarlo me vienen ganas de llorar, de poderlo hacer desde el amor).
Conseguí abrir las puertas de aquel quien era, y ahora estas, se encuentran abiertas para toda mi vida actual.
Ayer, yendo por la calle y dirigiéndome a comprar algo que necesitaba, sentí desde el Hogar que se me decía:
-         ¡Siente!
Lo hice, poniendo mi consciencia en lo que sentía en aquellos momentos. Expresé en voz alta, como hablando con Ellos, lo que sentía, y a continuación me dijeron:
-         Esto que sientes es Dios en ti manifestándose.
Nosotros somos mucha más de lo que nos pensamos que somos, incluso, ya habiendo empezado a despertar nuestra consciencia. Esta va en aumento, llegando el día que notas, después de años haciendo un aprendizaje de autoconocimiento, que te encuentras con aquel quien eres. A partir de aquí continúas haciendo tu trabajo, pero esta vez con más firmeza sabiendo lo que quieres y lo que no quieres.
Cierto que vivimos en un mundo de materia, y a veces, este entorno terrenal, hace que nos encontremos con situaciones que debamos de ir a nuestro interior debido que lo que sentimos no coincide con lo que vivimos y escuchamos desde nuestro exterior. Esto hace que nos convirtamos en seres fieles a nuestra esencia. ¿Qué quiero decir exactamente? Que podemos dar la sensación que nos distanciamos de todo aquello que no concorde con lo que sentimos en nuestro interior. Empezamos a rechazar y liberar de nosotros todo aquello que no sentimos empatía según nuestro corazón nos dice. Éste, cada vez nos habla más alto, y debido a nuestro afán de querer llegar a nosotros mismos para mostrar la Divinidad que somos, nos centramos exclusivamente en aquello que nuestro corazón nos susurra, siendo a veces, de una manera muy clara, alta y reiterativa.
Con los años, aprendemos a vivir desde el corazón, haciendo solo aquello que sentimos que hemos de hacer a cada instante. Dejamos de programar porque sí. Liberamos de nosotros toda expresión procedente de los miedos y nuestro pasado. Seguimos el camino de la honestidad y la integridad. Avanzamos cada vez más, con la cabeza bien alta, las manos calientes, el corazón bien abierto y con una irradiaciones de alta vibración de nuestras energías. Empezamos a darnos cuenta que vamos cambiando las energías de los lugares por donde pasamos. Ambientes inestables o situaciones desestructuradas, el hecho de estar allí de cuando en cuando, o a menudo, vemos como la inestabilidad da paso a la armonía y el equilibrio. El bienestar aparece.
Nosotros somos la Fuente que este mundo necesita para alimentarse y seguir su proceso de Ascensión. Nosotros somos la Fuente para todos aquellos sedientos y hambrientos de vida y amor. Todos estamos relacionados y nos necesitamos los unos a los otros. No es porque si, el hecho de vivir donde vivimos, de estar en el lugar donde nos encontramos y de haber conocido a las personas que hemos conocido.
Siente aquel quien eres y deja que todo sea. Entonces, como una hoja en medio de las aguas de un riachuelo, serás llevado hacia la consecución del sentido por el cual naciste.
Tú eres Divinidad, y esta parte más elevada de ti está esperando el momento que te des cuenta de ella y la integres en ti. Cuando abres tu vida y tu interior para que Dios se manifieste a través de ti, entonces, tu vida irá cambiando, sintiendo diferente y viendo y percibiendo el contenido de todo fondo albergado en la forma.
Entonces, sentirás la plenitud en ti y el Amor creando vida allá donde seas.

Así es. SIEMPRE. 

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