miércoles, 20 de febrero de 2019

Los tiempos que vivimos


Cada siglo nos ha llevado a unos acontecimientos que nos llevaron hasta nuestro presente.
En cada siglo ha habido grandes cambios y diferencias entre las relaciones humanas y su manera de actuar.
Una retrospectiva de nuestra historia nos lleva a una respuesta: los tiempos, con más o menos celeridad, están cambiando. Esto ha llevado a seres a despertar su consciencia y a transmitir al mundo la esencia de la existencia, de nuestra vida. Muchos sienten en su interior estas divulgaciones por parte de seres conectados con la sabiduría universal y el Hogar etéreo, del cual todos procedemos.
Debido a este Despertar, la Tierra ha ido elevando sus vibraciones, y éstas, han conllevado una visión diferente y una manera de actuar ante la vida diferente a cómo se hacía tiempos atrás. El cambio es evidente y una constatación de lo que representa los momentos que estamos viviendo es haber pasado de la fuerza bruta al razonamiento, y de aquí a la apertura del corazón para poder vivir desde él, desde nuestra esencia.
El planeta, a su manera, está empezando a sonreír por las elevaciones energéticas producidas en él y en gran parte de la humanidad. Todos nos estamos uniendo y unificando: el planeta y sus habitantes.
Venimos de un tiempo de ignorancia y rechazo por parte del entorno hacia todos aquellos que sentíais la consciencia en vosotros, a encontrar otros seres, que como vosotros, también sienten una nueva vida a realizar.
Debido a nuestro cambio y a las aportaciones del universo para que así sea, las energías ya no son las mismas. Éstas, en los niveles que se encuentran actualmente nos permiten, ya no abrir las puertas de nuestra plena realización en nuestra vida, sino que nos invitan a que crucemos los umbrales de las mismas debido a que se nos facilita todo un potencial, ya innato en nosotros, que depende a partir de ahora, el darnos cuenta de él y el saberlo aplicar.
Más allá del conocimiento que tengamos de autoconocimiento y el funcionamiento de nuestra vida y el universo, ha llegado la hora de actualizarnos y  de llegar al YO SOY que cada uno es. Hasta ahora, el ser se ha ido formando asistiendo a toda una serie de cursos, talleres, encuentros, charlas y actividades relacionadas con nuestro ser, nuestro interior. Sus aplicaciones han sido las que han ido predominando y realizando a lo largo de los años. Con esta nueva energía ha llegado la hora de sintonizarnos con ella y abrirnos para cruzar el nuevo umbral que nos está esperando para mostrarnos y expresar aquello por lo que cada uno está viviendo esta vida.
Vivimos tiempos de grandes cambios. Éstos siempre han existido, pero ahora, nos encontramos en los momentos de dar un nuevo paso y no continuar con los procedimientos aprendidos hasta ahora. Ya no basta el conocimiento, el saber por haberlo oído o escuchado. Ha llegado la hora de vivir según los tiempos que vivimos para ir subiendo nuevos peldaños y sintonizar, cada uno, con el verdadero sentido por el cual encarnó en esta vida actual. Lo aprendido ya no tiene la prioridad tal como se ha ido actuando hasta nuestro presente. Las posibilidades de nuestro tiempo nos lleva más allá de hasta donde hemos llegado, y para esto, debemos de adaptarnos a esta elevación energética del planeta. Nuevos peldaños nos esperan en nuestro camino, pero para encontrarlos debemos de hacer una revisión y alguna que otra modificación en relación a nuestro conocimiento y nuestra aplicación a lo largo de nuestra vida. El universo nos da una mano para llevar a término la Voluntad Superior que hay en cada uno. No consiste solo en despertar nuestra espiritualidad, sino que estos pasos dados sincronicen con el Sentido Superior por el cual da sentido a la existencia de nuestro mundo y  nuestras presencias.
Todo lo que se había de transmitir, ya se ha dicho. A partir de ahora, ¿Qué?
Sabiendo todo lo transmitido nos ha llevado al despertar y a empezar a ver la vida diferente a cómo se veía años, o siglos atrás. Todo nos ha llevado a nuestro presente, pero nuestro proceso evolutivo continúa y para que así sea, el universo nos ofrece una visión más profunda y detallada de nuestra existencia. Matices que transmutarán nuestra vida. Si no tuviéramos a nuestro alcance estas nuevas pautas, la evolución quedaría estancada con el tiempo, y todo se ralentizaría.
No es esta la finalidad del universo para con nosotros. A medida que vamos elevándonos, la Tierra también se eleva. A medida que vamos mostrando cada vez más nuestra esencia desde la pureza, la sencillez y la integridad, nuestra Divinidad pueda ir manifestándose cada vez más aquí en este mundo de una sola luna.
Al nivel que hemos llegado ha sido gracias, entre otros aspectos, al cambio energético producido, sobre todo, con el cambio de milenio. Desde entonces, los niveles de alta vibración que hemos ido recibiendo desde nuestro sol y del universo, ha permitido que lo “humano” pueda irse liberando de su terrenalidad para dar paso a una “presencia divina”, cada vez con más pureza e intensidad. Este es el proceso de nuestra presencia en este mundo, entre otros aspectos.
Las cosas no siempre son lo que parecen.
La vida no siempre es lo que parece.
Más allá de lo obtenido, vivido, aprendido y obrado hay una nueva vida que nos espera al dar los nuevos pasos que nos permitirá elevar nuestro nivel vibracional y subir los peldaños de la Divinidad en nosotros mismos.
El universo, digamos que está esperando nuestra nueva predisposición y vida para que todo él se eleve conjuntamente con nosotros. Nosotros somos parte de él, y juntos irradiaremos y crearemos un nuevo mundo, una nueva humanidad y una nueva manera de vivir y de interrelacionarnos para crear una Unicidad entre todos los habitantes de este planeta Tierra. Por eso, nuestro Hogar nos recuerda los nuevos pasos a realizar según nuestra esencia.
Ha llegado la hora de dar el nuevo paso dentro de nuestro proceso, y éste no tiene que ver con lo que hemos aprendido, sino con nuestra predisposición y la aplicación de lo aprendido según el Hogar del cual todos procedemos. Una nueva mano se nos ofrece para dar nuevos pasos en nuestro proceso evolutivo y el de toda la humanidad y el planeta.
El Cielo está preparando el camino para llegar y establecerse aquí en la Tierra.
Más allá de lo humano, se encuentra lo divino.
Un pequeño cambio nos lleva a una gran transformación en nuestra vida, abriéndonos las puertas de nuestro pleno bienestar.
Todo se está acelerando en nuestro mundo como nunca había sido hasta ahora. Las nuevas energías nos permiten avanzar entre los umbrales de nuestra voluntad y predisposición para mostrar al verdadero ser que realmente somos.
Me siento emocionado y afortunado por el hecho de poder vivir estos tiempos de elevación de nuestras consciencias y del planeta, emergiendo de mí los sentimientos más álgidos y elevados de nuestra esencia.
Solo lo mejor podéis esperar.
El Cielo está llamando a las puertas de nuestro mundo para unificarse con la Tierra. Este Cielo eres tú, albergado en tu interior para ser manifestado con todo su resplandor. La adaptación de vivir con la Nueva Energía de nuestros tiempos nos permitirá, a todos aquellos predispuestos y abiertos de corazón, poder ver cómo vuestra vida se va adaptando, cada vez más, a vuestra verdadera esencia.

Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros. 


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