miércoles, 16 de noviembre de 2022

Reflexión sobre la Nueva Escuela

 Las palabras de hoy están relacionadas con la escuela que está funcionando hasta ahora, y los cambios que deberían de hacerse en ella debido a los nuevos tiempos que estamos viviendo para una nueva vida, y sobre todo, para los nuevos niños que se encuentran entre nosotros y están viniendo cada vez más. Lo que leeréis serán palabras expresadas por diferentes niños en relación a la escuela que están asistiendo. Todas las expresiones han sido expresadas por diferentes seres de la infancia encontrándose en una escuela actualmente. Lleva por título: REFLEXIÓN SOBRE LA NUEVA ESCUELA. A todos, feliz día y un buen abrazo. 


 

Estando con un niño y hablando con él, teniendo presente los tiempos que vivimos, le pregunto:

-         ¿Te gusta ir a la escuela?

-         No – me dice moviendo la cabeza.

-         ¿Te lo pasas bien?

-         No. A veces me aburro y no entiendo lo que dicen.

-         Cuando no entiendes alguna cosa ¿le preguntas a la maestra?

-         No – me dice moviendo la cabeza.

-         ¿Qué es lo que te gustaría hacer en la escuela y no se hace?

-         Jugar y hablar con mis amigos, pero no puedo porque si no se distraen y la profe me dice que calle. También me gustan mucho los animales: los perros y conejos.

-         Si hubieras de resaltar algo de lo que haces allí, ¿Qué sería?

-         Cuando juego al patio. Me gusta estar a fuera.

-         ¿Y cuando estás a dentro de la clase, ¿qué resaltarías de lo que haces o no haces?

-         Me gusta trabajar con los amigos, juntos, y no lo hacemos. (Pausa). También me gustaría pintar y dibujar. Me gusta mucho, y sobre todo, los animales.

-         ¿A la escuela tenéis animales? – le pregunto.

-         No, pero sí hay un pequeño huerto donde plantamos unas cebollas y patatas.

-         ¿Habéis recogido ya sus frutos o todavía no?

-         No.

-         ¿Pero ya han brotado?

-         Alguna sí.

-         Imagínate que pudieras cambiar la escuela donde estás. ¿Qué cambiarías? ¿Pondrías alguna cosa nueva?

-         La escuela la pondría en el campo – me dice.

-         ¿En el bosque?

-         ¡Síííí! Me gusta estar con los árboles y al aire libre – me responde sonriendo.

-         ¿Te gusta trabajar en grupo?

-         Sí – me responde como dudando, como si no lo hubiera hecho a menudo.

-         Ahora imagínate que pudieras hacer una asignatura que no se ha hecho nunca en la escuela. ¿Qué asignatura crearías y harías?

-         ¡Cómo puedo saber lo que me gusta cuando sea mayor! – me dice contento, decidido e ilusionado para poderlo hacer.

-         ¿Ahora puedes hacer lo que te gusta?

-         Cuando estoy fuera de la escuela sí.

-         ¿En la escuela no?

-         No.

-         ¿Qué te dicen tus padres sobre el ir a la escuela?

-         Que tengo que ir para cuando sea mayor.

-         ¿Qué pasará cuando seas mayor?

-         Así podré trabajar, dicen.  

-         Te quiero hacer una pregunta. Cuando seas mayor ¿qué te gustaría hacer: trabajar o hacer aquello que te guste para pasártelo bien?

-          Aquello que me guste pero mis padres dicen que deberé de trabajar, sobre todo.

-         ¿Y si pudieras trabajar haciendo aquello que te gusta lo harías?

-         ¡Sííí! – me responde contento.

-         ¿Te puedo hacer un abrazo?

Entonces nos levantamos y nos abrazamos los dos. Su abrazo es de una ternura y una calidez que te da fuerzas para continuar viviendo.

Los niños saben y nos transmiten lo que es necesario hacer para ser feliz y sentirse bien en la vida. Solo es necesario que los escuchemos porque son un ejemplo de la nueva vida que nos espera.

Las respuestas obtenidas de este niño nos muestran como debería de ser la nueva escuela en estos tiempos que vivimos. Es un reflejo de la realidad escolar. Se necesitan hacer cambios en diversos estamentos y asociaciones sociales, y la escuela es uno de estos elementos prioritarios para permitir hacer el Gran Cambio ya anunciado para este mundo en que nos encontramos. No es cuestión de ir activando la mente, sino ir escuchando a nuestro corazón para llevar a término aquello que cada uno ha venido a hacer en este mundo para el mayor bien de todos, no de unos cuantos.

Todo tiene un sentido, y los niños son un espejo de cómo debería de ser nuestro ser y la realización personal en esta vida que nos encontramos, por eso la venida de los niños índigo, cristal, arco iris, diamantes,….en fin, todos, son una bendición.  

 

¡Gracias amados seres de la Nueva Era!

 

 

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