miércoles, 1 de octubre de 2014

En la inmensidad del Silencio

Siento la melodía del silencio.
Siento la inmensidad de este vacío expansivo que serena mi espíritu y abre todo mi ser.
Siento la emoción del Hogar en mí. Yo Soy el Hogar.
¡Cuánta vida existente en la nada! Sientes el máximo resplandor de tu existencia en este estado donde el vacío da sentido a tu esencia.
Existes en lo infinito del presente. Solo eres, pero este SER te permite liberarte de todo aquello que no forma parte de tu alma.
Sientes como ésta va extendiéndose cada vez más en el firmamento que se encuentra. Tú eres parte de ella y vas viendo y sintiendo la vida que te rodea en esta dimensión que habitas en este estado.
¡Cuánta belleza! ¡Cuánto Amor existente! Si los humanos despertaran se darían cuenta de la Verdad de sus presencias encarnadas. Sus existencias tienen un sentido superior donde el Amor te acompaña y guía tus pasos.
No hay palabras para expresar este estado y lo que se encuentra más allá de la materia, de toda forma encarnada. ¡Es el Espíritu que deambula a sus anchas, siendo aceptado, amado y protegió por nuestra verdadera Familia celestial.
Todo y así, mucho más de lo descrito es. Mis palabras no pueden identificar exactamente lo que uno siente cuando se encuentra con uno mismo. Es el proceso que cada uno debe de seguir para llegar a él, y cuando así es, no es a él que ha llegado, sino a una plenitud más allá de toda palabra que pueda elegirse para denominar el sentir de la pureza del Amor y su plenitud.
Solo existe el Amor, y es este Amor quien permite llevarnos de la mano hacia nuestro despertar y activación de nuestro ADN, dejando que la Divinidad que somos pueda manifestarse.
En el silencio del no-espacio, del infinito existencial, podemos darnos cuenta de dónde procedemos y todas aquellas energías que velan por nuestra alma.
Aquí no hay materia, sólo ESPÍRITU. Tú, ante la VERDAD de aquel quien eres realmente. Estás acompañado, guiado y amado en todo momento, y es la Luz de tu pureza la que te protege en todo momento, pero no porque haya algo que pueda herirte o atacarte, sino porque alejas a eones luz, todo aquello que no resuene con tu verdadera naturaleza.
Este silencio es acogedor. ¡Es inmenso! ¡Es amoroso en su estado más elevado de vibración! Lo sientes en ti y todo tú resuenas en armonía con la Fuente que emana esta calidez celestial y la cuna de todas las almas existentes en los diferentes universos creados.
Sentir este estado más allá de lo creado hasta ahora, o llegado a lo largo del proceso de cada uno, resuena en cada una de tus células y envía la información a cada una de nuestras capas del ADN, diciendo:
 
Sí, tú eres divinidad manifestada. Tú eres el sentido de la existencia y toda fuente de amor que pueda necesitar tu presencia donde tu alma encarnada acordó.
 Eres la fuerza y la esencia de la Divinidad, del Amor creador de toda vida y armonía.
 Eres la fuente cálida y tierna de la compasión, la comprensión y la visión clara de las decisiones de tu libre albedrío.
Tú eres Yo, amada alma en conexión plena con tu Fuente original. Te has convertido en manantial de Mi esencia. Tú eres Yo y Yo Soy Tú.”
 
Es en este estado que el Universo te transmite y te recuerda una y otra vez, tu procedencia y tu naturaleza amorosa. Se abren y se activan nuevos canales para que, cuando dejas este estado de conexión consciente, de una manera absoluta, tu alma en la materia pueda seguir su camino celestial, llevando a término su Plan Divino individual.
Todo es Luz.
Todo es Amor.
Eres parte de este Hogar luminoso al servicio de la Fuente Superior, de la cual todos emanamos eones luz atrás.
No estamos solos. Hay unas manos amorosas que nos mantienen de pie para continuar nuestro sendero. Accedimos a servirlo, y ahora, aquí estamos, aunque no siempre se comprenda el por qué de lo vivido, llevando nuestra presencia a los demás según lo que cada uno ha venido a realizar.
¡Cuánta belleza! ¡Cuánta sabiduría a nuestro alcance! ¡Cuánto Amor hacia nosotros!
Amadas almas hermanas solo el Dios que eres te llevará a una plena comprensión de tu andar. Escucha a tu corazón y podrás percibir el tintineo del Amor en ti guiándote. Entonces, empezarás a sentir aquel quien eres.
 
Mi Amor está con todos vosotros. Abro mis brazos y os acojo en mi esencia. Seres de la Luz también os abrazan. Abrid vuestro corazón y sentid la magnificencia de aquel quien sois.
 
Que el Amor, la Paz y el Sosiego sean en todos vosotros.

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