miércoles, 2 de septiembre de 2015

La liberación de lo humano

Cuando nuestro ser empieza a recordar, cada vez más, su naturaleza y cuál es su verdadera esencia, dentro de su proceso empieza a cruzar el umbral de la liberación de su parte humana para ir sintiendo y aplicando la divinidad que es. Dejamos el camino de lo humano para adentrarnos en la manifestación de aquel quien en verdad somos. La Divinidad que cada uno es empieza a activarse en la composición molecular de cada uno para activar y abrir las puertas de par en par de “Dios en nosotros”.
Nuestra densidad es el vehículo para trascender nuestra alma y liberarla de nuestra mente. Nuestro cuerpo es el canal por el cual nosotros podemos tener el mayor aprendizaje posible para ensalzar nuestro verdadero ser y manifestar, con todo su resplandor, la Gran Voluntad Superior, motivo por el cual encarnamos por primera vez.
Estos son los tiempos anunciados de nuestra liberación.
Estos son los únicos instantes de nuestra vida actual para deshacernos de todo equipaje que no nos pertenece por naturaleza. Ha finalizado el tiempo de llevar a cuestas lo que no era innato en nosotros. Ha llegado la hora de despojarnos de todo aquello que hemos ido acumulando a través de nuestro exterior (cultura, religión, creencias,…) para volver a conectar con el verdadero ser que somos. ¿Qué no te acuerdas que eres Dios? Fuiste creado desde la inmortalidad y el pleno empoderamiento amoroso de más alta vibración que puede ser creado. Tu humanidad te desconcertó. Tu cuerpo te hizo desviar la atención de lo que era verdaderamente importante en tu encarnación actual. Nos identificamos con lo que nos transmitía nuestro exterior, alejando nuestra atención de nuestro interior para satisfacer las normas y reglamentos establecidos desde nuestro entorno. Éste, fue importante para ti, para dar los primeros pasos hacia ti mismo.
Lo que sientes ahora, los pasos dados para encontrar el bienestar y el sosiego en ti, es fruto de la liberación de quien fuiste para mostrarte tal como eres. Tu nueva energía interior se rebela, y parece confundirse, según como, porque parece haber una gran lucha interior en ti, sobre si apegarte a lo conocido, o adentrarte en este camino nuevo, esperanzador y anhelado en tus sueños. Puedes dar pasos, pero el pasado insiste en que no hagas ningún cambio en ti porque no conseguirás nada nuevo, y no sabes lo que en el fondo te espera. Estas sensaciones procedentes de  tu mente racional pueden frenar el avance hacia ti.
Cuando damos pasos y abrirnos la puerta de nuestra liberación, todo lo que hasta ahora nos ha tenido atados y frenados, parece protestar para que no continúes tu camino, para que tu mente pueda continuar controlando tu vida, pero tu corazón te esté hablando que ha llegado la hora que seas feliz y, estos momentos de aparente duda, desconcierto o estancamiento, solo es la debilidad de lo que hasta ahora te ha ido limitando. Quiere decir que lo que has hecho, para ti, está tomando fuerza y reafirmándote para continuar el camino. El hilo entre lo humano y lo divino se está tensando hasta tal punto, que tienes toda la fuerza y coraje para que se rompa de una vez y puedas avanzar, de una manera libre y majestuosa hacia la Luz que se encuentra ante ti, guiándote hacia el verdadero ser que eres.
Ahora es la hora. Ahora es el momento donde tu voluntad tiene que sobreponerse y manifestarse. Por eso sientes lo que sientes. Por eso te encuentras en la situación que vives.
Nada es porque sí. Aquello que experimentamos nos lleva a elevarnos, subir nuevos escalones de este camino de Ascensión. Honramos todo lo que estás haciendo. Tienes todo el tiempo a tu favor, y tu voluntad. No temas, amada alma, porque, aunque lo nuevo pueda hacerte dudar, solo es fruto que te estás adentrando hacia la conexión con tu alma, nuevamente. La desconexión duró siglos, pero estos tiempos que vivimos nos presentan un camino liberado para que nosotros podamos manifestarnos tal como somos.
Sientes que debes de ser tú. Sientes que ha llegado la hora de cambiar de vida. Pues bien, todos estos pensamientos, anhelos y sentimientos no son, sino, tu fuerza interior que te empuja a cruzar este umbral hacia la Luz y el Amor que eres.
Todos nos alegramos por los momentos que vives, que aunque puedan parecer supuestas adversidades o limitaciones, solo son oportunidades para que las aceptes en tu vida y te adentres en ellas siendo tú. No temas porque lo peor de tu existencia, ya ha pasado. Solo lo mejor puedes esperar. ¿Seguro que no quieres aprovechar esta oportunidad?
Multitudes se adentran a la nueva energía, integrándola en ellos y activando su ADN. Esto desechará de vuestro camino todo aquello que no os permita ser vosotros. Habéis venido con una finalidad muy concreta, con un sentido amoroso en esta dimensión. Ahora todo el planeta y sus habitantes están elevando sus energías para ir trascendiendo a nuevas vibraciones más amorosas. Tú eres parte de esta alegría universal, de estas almas que se han ofrecido voluntarias para materializar el Gran Plan Divino. Eres honrada, amada y protegida. Nada debes de temer. Tu presencia empuja a otros a seguir el curso del Amor. Tú eres Amor. Tú eres Luz y Amor. ¿Empiezas a recordar ahora? Claro que sí, por eso quieres lo mejor para ti y empiezas a escuchar a tu corazón. Ya no hay karma, pasado que nos limite. Tu voluntad puede con toda resistencia o energía de baja vibración, como son los miedos, las dudas y las indecisiones que puedan llegar a aparecer en ti. Tú puedes superarlas, porque tú eres un ser amoroso y lleno de coraje divino. No estás solo. El Hogar está contigo.
Siente el silencio de tu corazón y sentirás y te darás cuenta de la veracidad de estas palabras. Tu vida, ahora sí, solo depende de ti. El camino ha sido limpiado y arreglado para que tu andar por este camino luminoso te alce hasta el recordar que aquel quien eres puede manifestarse y mostrarse con toda su majestuosidad para crear el Cielo en la Tierra.
Eres parte, ya no de un despertar, sino de una liberación de todo lo humano para mostrar lo divino en cada uno.
El cielo se está instaurando aquí en la Tierra, y tú eres parte de este cielo. No has venido para sufrir y no poder ser tú. Nada más lejos de la realidad. Tú has venido a mostrarte libremente y con todo tu resplandor para hacer un mundo mejor y permitir que la humanidad dé nuevos pasos hacia su camino de Ascensión.
Siente la fuerza de tu quietud y la melodía del sosiego te traerá la paz, la armonía, y te permitirá sentir el Amor que eres.
Gracias por ser y estar en estos momentos con todos nosotros, aportando tu luz e irradiando tu amor a todo tu entorno.
Todos nos beneficiamos. 
Recuerda: No estás sola, amada alma. Lo humano está alejándose para dar paso a lo divino.

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
            

2 comentarios:

Marlen dijo...

Que hermoso.
Llego el momento de lo que ha sido tan anhelado.

terabitter dijo...

Que bonito y que duro Jordi...parece que lo e leido en el momento justo.
un abrazo.
soy Marco Garcia