miércoles, 21 de septiembre de 2016

El Alquimista

Pocos seres son los que muestran su verdadera luz, no solo iluminando el camino y la vida de los demás, sino haciendo posible con su sola presencia, que el cambio esperado sea materializado.
Hay seres con una pureza vibracional que, solo con su presencia, sin más, sean capaces de transmutar toda energía existente en una situación o bloqueo. Son Fuentes activadas al servicio de la humanidad y este planeta. Fueron llegando, como todos nosotros, con un fin superior, donde, debido a su predisposición, apertura y disposición incondicional a las manos del amor, sus presencias en este mundo de materia hacen que sean una llave universal que pueda abrir y desbloquear cualquier situación que pueda estar bloqueada o de desamor, para convertirla en una situación armonizada y sentir la alegría y el gozo de vivir. Poder sentir el Amor es uno de los grandes fines que todo ser encarnado en su proceso de evolución puede llegar a alcanzar.
Son almas despiertas y conscientes, sabedores de su misión en esta vida y de su papel en el proceso.
Hoy quería hablaros de los alquimistas que se encuentran a lo largo de los diferentes continentes, haciéndose cargo de las energías de este planeta y encargados, junto con sus demás hermanos, el elevar estas energías y hacer que la vibración planetaria se eleve y toda la humanidad pueda sentir la eclosión del gran despertar y colaborar en su aportación al mismo para el mayor bien de todos.
ALQUIMISTA es una palabra más que podéis llegar a encontrar en un diccionario, pero no entendida ni comprendida en toda su magnitud por muchos debido que el humano, hasta hace poco, y todavía hoy en menor grado, no está muy dispuesto a los cambios para salir de su acomodamiento, tanto físico, emocional o mental.
Los alquimistas espirituales no destacan, y siempre han estado en un segundo plano para poder realizar su obra. Si lo veis por la calle, parece alguien como uno cualquiera, pero a medida que os vais acercando a él, vais percibiendo algo diferente en relación a los demás. Os puede llegar a ser familiar y sentiros bien a su lado. Es un ser amable, discreto pero seguro de sí mismo. Sabe lo que hace.
Un alquimista es alguien de servicio constante hacia la humanidad.
Es un alma consciente de su venida en este planeta y su misión en ella.
Normalmente no hablan demasiado en su día a día, pero cuando realizan algún servicio de su divinidad, entonces, saben qué palabras hacer servir y cómo expresarlas. No es él quien habla, sino la divinidad a través de él. Son una fuente de Luz, Consciencia y Amor para las almas encarnadas y demás seres vivos. Los animales saben de él. Perciben su energía y lo aceptan. Puede comunicarse con los animales y su presencia es tranquila, calmada y serena. Está en armonía esté donde esté, porque está conectado con su centro interior, con su verdadero ser, su esencia innata, procedente de su esencia espiritual. Más de una vez, ha tenido alguna comunicación con animales, o éstos le han indicado el camino a seguir, cuando en plena naturaleza necesitaba dirigirse hacia un lugar concreto donde encontrar algo que necesitaba. Siempre ha tenido una relación con los demás seres de vida. Le gustan las plantas y los animales. Sabe de la importancia de la naturaleza, de los bosques para reequilibrar las almas. Siempre han sido su aliado.
Un alquimista no vive según los convencionalismos sociales establecidos. Parece vivir fuera de la norma, porque su guía es su corazón, no unas pautas establecidas para “todos igual” sin respeto hacia los individualismos ni la creatividad. Parecen vivir en un mundo aparte dentro de este mundo. Han aprendido a vivir en él sin ser influenciados por las constantes limitaciones impuestas desde un régimen lleno de normativas y leyes a beneficio de unos cuantos, porque incluso, la justicia humana es injusta al no tratar a todos por un igual y desde el corazón, no desde la mente como viene siendo desde la imposición de un reglamento judicial de comportamiento por intereses de un dominio de la humanidad.
El alquimista “no es de este mundo”. Sabe de la importancia de vivir en un cuerpo, pero comprende que tiene un sentido superior y solo es un vehículo para llegar a nosotros mismos. No es un ser convencional, sino un espíritu libre, creativo y espontáneo, mostrando esta parte oculta que todos debemos de conectar con ella y mostrarla: nuestra parte femenina y nuestro niño interior.
Si alguien tiene la oportunidad de estar al lado de un ser como el que os estoy comentando ahora, podrá darse cuenta que no se quejan nunca ni protestan. Sencillamente aceptan. Saben que todo lo que vivimos tiene un sentido para nuestra alma, por lo tanto, aceptan las situaciones que pueden estar viviendo y la de los demás porque saben que les llevará a un aprendizaje y un recordar a nivel más elevado de quien es cada uno.
No esperan nada, solo hacen aquello que sienten en su corazón. Éste es su guía. No están tiempo pensando, porque un alquimista no piensa, SIENTE. Tienen su corazón abierto y pueden percibir todas las energías que les rodean, sabiendo qué hacer con cada una de ellas en caso que deba de acercarse a ellas y dar los pasos adecuados al respecto en relación a ellas. Debemos de pensar que un alquimista tiene su potencial espiritual activado, es decir, su ADN activado en un mayor grado que los demás. Esto no implica que sea más que los otros o superior. ¡No!, nada de esto es, sencillamente, que ha llegado a un grado de alta vibración en su proceso que le ha permitido activar las diferentes capas de su ADN como los grandes maestros espirituales de nuestra historia así lo hicieron también: Buda, Jesús, Saint Germain, Sai Baba,….Todos ellos eran conscientes de su Divinidad y el potencial de su esencia. Todos ellos sentían el Amor en ellos y transmitían este Amor, cada uno en su faceta según el lugar donde se encontraba.
Son seres libres que les permite sentir la felicidad y gozar de la existencia. Todos ellos estuvieron en sus inicios, en familias donde la mayoría de sus miembros, sino todos, no los llegaban a comprender en cómo eran. Se sentían diferentes pero iguales a los demás y no entendían del dolor que los humanos se producían a sí mismos y a los demás. Ya de pequeños su interior estaba “siendo protegido” para que se cultivara y brotase la semilla de la Hermandad, el Amor, el Servicio a los demás y la Sabiduría a transmitir. Todos ellos vivieron en un lugar donde no encontraron su lugar. Fue con el tiempo que aprendieron a vivir en esta dimensión y, con la instrucción recibida, tanto de maestros encarnados, como del mundo de la Luz, es decir, del Hogar, pudieron llegar a mostrar su obra al mundo, y ayudar que éste llegara el día que viera una grieta de luz donde salvarse y no autodestruirse y desaparecer.
Un alquimista tiene una visión de la vida basado desde el sentido de nuestra existencia, no de lo que sucede en el mundo terrenal. Su visión es elevada, no apegado a un árbol que no te permitiría ver el bosque.
Debido a su pureza y entrega total de su ser a su divinidad, son hacedores de milagros, sanaciones, transmutando la densidad en alta vibración y convertir el desamor en amor, el bloqueo en fluidez y armonía. Sus obras no siempre son comprendidas por los demás, e incluso, por quienes les rodean. El maestro y hermano Jesús tampoco fue comprendido por sus apóstolos, debido que éstos pensaban que era él quien hacía los milagros, cuando Jesús tuvo que decirles que no era él quien los hacía, sino el Padre. Todo milagro es fruto de una intervención divina. No era Jesús, el hombre, sino la Divinidad que había en él.
Hablar de ellos puede llevarme mucho tiempo hacerlo, pero, cuando se siente, cuando se ha aprendido a abrir el corazón y a sentir, entonces, sobran las palabras porque solo pensar en ellos puedes recibir toda la información respecto a sus presencias. Puedes recibir su energía y darte cuenta del ser amoroso que son.
Un alquimista respeta a todos, sin querer convencer a nadie de lo que él sabe o siente. No quiere convencer a nadie, porque a todos les llegará su momento. Cuando llegue, entonces el ser en proceso de evolución,  dará los pasos adecuados para adentrarse en su interior y poder ver y sentir de una manera clara y nítida aquel quien es y lo que necesita saber, tanto de él mismo como de su existencia y vida actual.

Hay, también, un apartado que quiero hablaros sobre los alquimistas, estos seres llenos de luz irradiando a cada instante, abrazando con su puro amor las energías con las que se va cruzando a cada paso, en cada momento de su vida, elevando sus vibraciones. Quiero hacer hincapié a un aspecto importante de su potencial para llevar a término su misión. Es el hecho de poder sentir el dolor de los demás y sus estados interiores. Ellos sienten este dolor, pudiendo saber qué les pasa para poder ayudarles. Este es uno de los aspectos que debemos de aceptar. No solo lo considerado bueno, sino también poder sentir el dolor, el malestar de quienes viven alejados de sí mismos. Este sentir les permite conocer la situación que vive este ser en fase de evolución y despertar.
Puedo llegar a decir, que a veces, este dolor es intenso, pero puedo también expresar que el alquimista puede transmutar este dolor en amor, en liberación de la densidad del alma implicada. Su presencia puede llegar a aligerar y transmutar su estado interior de pesadez y desánimo en coraje y firmeza para continuar el camino hacia uno mismo.
Un alquimista no es un terapeuta, ni un sanador, ni un psicólogo, ni ninguna etiqueta que se le pueda asociar. Un alquimista es un ser que puedes llegar a contar con él para lo que necesites estabilizar. Vivimos en tiempos de etiquetaje. Para conocer a alguien se pide un título: ¿y tú, qué eres, a qué te dedicas? Si no le das ninguna etiqueta les parece que no eres nadie. Ellos están aquí con nosotros para aquello que podamos necesitar, sea emocional, mental o físico. Ellos no son expertos en nada, solo en sentir la energía y permitir que la Divinidad que es estabilice al ser humano.
Un alquimista es un hacedor de cambios sin actuar, solo haciendo presencia o poniendo su voluntad hacia un fin concreto. No necesita, incluso, estar presente. Vive en el no-tiempo/no-espacio.  Solo sabiendo que así es, su energía ya estará contigo y creará las consecuencias que cada uno esté dispuesto a aceptar.
¡Hay tantas cosas a hablar sobre un alquimista!
Un alquimista es la manifestación de Dios, de la Divinidad que cada uno es en este plano dimensional donde el alma se encuentra dentro de la forma para un fin superior.
Escuchad vuestro corazón, como ellos lo hacen. Escuchadlo y sabréis la verdad. Hablar de un ser de Luz y Amor es hablar del potencial de cada uno de vosotros, pero para poder llegar a conectar con quienes somos, el universo nos ha ofrecido seres instruidos y evolucionados como espejos de nosotros mismos, indicándonos el camino a seguir con su ejemplo.
Será en la sencillez, la pureza, la humildad y la simplicidad como podréis llegarlos a conocer. También en la capacidad de sentirse bien solos, con ellos mismos, así como otros aspectos como la discreción, el respeto y la ausencia de crítica y juicio hacia su entorno. Ellos aceptan y sienten el amor en todo lo existente.
Vuelvo a repetir, ¡hay tantas cosas que decir sobre ellos, que podríamos resumirlas en una de sola: AMOR!
Como anteriormente ya he dicho, son una fuente de Luz, Amor y Consciencia.
Gracias por ser y estar.


Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros. 


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