miércoles, 18 de enero de 2017

Cuando el dolor aparece


Llevo años al servicio de la humanidad. De diferentes países voy recibiendo mensajes, consultas y exposiciones de las situaciones que alguien está viviendo, pidiendo ayuda, o qué hacer en aquellos momentos. Incluso he llegado a recibir mensajes hablados donde debía de poner toda mi atención por la debilidad de las palabras expresadas junto con el llanto intenso de su interior.
He recibido, con el tiempo, peticiones de ayuda por parte de algunos de vosotros en momentos de desesperación. Os puedo decir que mi corazón siente vuestro dolor. Éste, viene dado no tan solo por el dolor físico, sino por el emocional que es el más penetrante y, no siempre, nos permite ver la situación tal como es.
En momentos de desesperación, he respondido a vuestras peticiones. Así lo sentía dentro de mí.
No siempre es lo que parece.
Hace unos días recibí un mensaje hablado donde, quien se expresaba, sentía como su vida le daba un revés, no sabiendo qué hacer y sintiéndose atrapada por la situación presentada. Le respondí, y siento la necesidad, hoy, de hablaros de estos momentos no queridos en nuestra vida.
A veces parece que nos estamos recuperando de algo vivido que nos marcó, cuando se nos presenta ante nosotros una situación no esperada que puede llegar a cambiar el rumbo de nuestra vida. Es como si acabásemos de superar algo, cuando nos golpean con más dolor. No salimos de una, cuando entramos en otra. Da la sensación como si la vida no nos dejara ser felices. Lloramos, nos lamentamos y lo podemos ver todo negro, sin una salida al respecto.
Amadas almas, a todos los que os podéis encontrar en una situación similar, os digo que mi amor está en vosotros, y que aquello que vivimos, aunque pueda llegar a parecer duro y frío, os digo que no hay vivencia que tengamos que no alimente nuestra alma.
Cuando nos hemos hundido en las creencias inculcadas y nos sentimos identificados con el dolor de nuestro mundo, entonces, es cuando más atrapados nos podremos llegar a sentir cuando vivamos algo inesperado que pueda alterar nuestro interior, creando un malestar o un dolor, siendo el emocional el que más nos apegará a lo mundano e impedirá llegar al aprendizaje que nos aporta, a no ser que nuestra actitud sea de ACEPTACIÓN con cierto grado de consciencia conforme lo vivido tiene su sentido y nos encontramos en medio de esta situación para nuestro mayor bien.
Quedándonos en el dolor y lamentándonos, podremos quedar atrapados en un dolor profundo, anulando nuestro ser e intensificar nuestra actitud de víctima ante la vida. Tengo que deciros que no es así. Nosotros tenemos la capacidad de superación de cualquier aparente revés que la vida nos pueda llegar a dar.
Hay momentos que lo vivido no es de nosotros mismos, sino de alguien de nuestro entorno más querido. De alguien a quien amamos. Cuando vemos que hay que tomar unas decisiones para el mayor bien del otro, de esta persona, que le hará cambiar el ritmo y estilo de vida, entonces, teniendo presente nuestra relación con ella, vemos como nuestra mente nos empieza a hablar de lo mal que lo pasaremos, de las limitaciones que tendremos a partir de ahora en nuestra vida. Nos anuncia un futuro incierto y muy negro. La mente nos habla según las creencias e identificaciones que hemos asociado con nosotros a lo largo de los años. Pero nuestra mente es pasado y nos transmite basándose en lo adquirido en un pasado. Los tiempos han cambiado, y el presente de nuestros días está envuelto con un empoderamiento y responsabilización de cada uno ante su vida.
He llegado a conocer personas que en su momento me hicieron ver conforme “la vida siempre se desahoga con los mismos”, pero a medida que yo iba siguiendo mi proceso de evolución, empecé a darme cuenta que nosotros somos los únicos responsables de nuestra vida. Continúo sintiendo el dolor de quienes me hacen llegar sus peticiones de ayuda, pero también tengo que decir que no siempre puedo ayudarlos de la manera que ellos querrían, porque no siempre la solución se encuentra en hacer algo por ellos, sino, casi siempre, en un cambio de actitud nuestra ante la situación.
Estoy aprendiendo mucho de vosotros, y os lo agradezco, aunque no sean situaciones aparentemente queridas o alegres, pero nuestra alma se siente reconfortada por la reacción y aprendizaje que realizamos ante los supuestos obstáculos que nos podemos encontrar en nuestro camino.
No hay nada que no nos aporte algo, tanto para nosotros si estamos implicados en ello, como para la persona que lo “sufre” personalmente. Son golpes que no siempre se superan en el momento, pero debéis de ser pacientes, tanto con vosotros, como por la otra persona que lo vive directamente.
Una de las cosas que aprendí a lo largo del tiempo, es que no hay nada que vivamos que no tenga un sentido para nosotros y no nos aporte nada. Todo, absolutamente todo lo que vivimos, tiene que ver para nuestra evolución.
Somos mucho más que materia. Somos mucho más que seres indefensos. Nuestra capacidad de superación es grande, porque cada uno de nosotros contiene la esencia innata del Amor. ¿Cómo puede el Amor crear tanto dolor? Algunos podéis llegar a preguntaros en algún momento. El Amor libera y solo quiere lo mejor para cada uno de vosotros. El Amor eleva vuestro ser y libera todo aquello que llevamos dentro y no nos pertenece. Estas palabras se refieren, desde creencias, a hábitos, costumbres, tradiciones, maneras de actuar, de pensar y obrar.
Cuando vivimos sin dar pasos hacia esta liberación de nuestro interior, entonces, es cuando el universo, la vida, o decidlo como queráis, nos da una mano para poder llegar a la felicidad plena y al momento de poder expresar la alegría, de una manera libre y constante, hacia nuestro amado mundo. Todo tiene un sentido. No hay nada arbitrario, desde el punto de vista espiritual, que no nos haga crecer como seres amorosos que somos.
Somos mucho más que materia. Somos Amor, y nuestro proceso nos lleva a conectar con él, y para esto debemos de activar nuestra consciencia para darnos cuenta que no somos seres inválidos, limitados o a merced de los demás. Somos seres con un potencial inmenso, lleno de Luz y Amor.
Lo vivido solo es para que podamos, a través de nuestra predisposición y actitud abierta, percibir el sentido, el fondo de lo vivido, y no quedarnos con la forma, con lo que nuestros ojos ven, que no siempre es lo que parece.
Nuestra vida está siendo guiada desde el Amor, desde la esencia pura e incondicional del Amor que habita en nosotros.
Cuando el dolor aparece, tened presente que son las manifestaciones de nuestros miedos ante la vida a partir de aquel momento, y sobre todo, de la oportunidad que tenemos para elevar nuestra alma y aprender algo nuevo o que ya hemos abierto la puerta de la sanación de algo que ya hemos empezado a dar pasos hacia su plena liberación.
¡No os hundáis! ¡No os desaniméis!, porque aquello que vivís os llevará al verdadero ser que sois, no quien os han hecho.
Lamento el dolor vivido en nuestro amado mundo, pero también yo tuve que vivir situaciones, a lo largo de mi vida, que me hicieron quedar solo y vivir experiencias de incomprensión, miseria y de una gran soledad. En su momento viví lo que se denomina “la parte oscura del alma”. Lo viví, pero mi interior me decía que debía de continuar a pesar de todo. Había algo en mí que me empujaba a seguir y no quedarme atrapado en cada una de las situaciones que estaba viviendo. Solo así conseguiréis avanzar en vuestro camino, dándoos cuenta que nada es para siempre. Todo es temporal. El dolor es mental, no real, aunque sintáis sus síntomas. Del malestar podemos aprender, y uno de los mayores aprendizajes que podemos hacer, es el de la ACEPTACIÓN. Aceptar lo vivido y no temed, porque aquello que vivís es parte de vuestro proceso y liberación.
Sois seres completos, libres y amorosos. No siempre nos damos cuenta que así es, por eso el universo, de cuando en cuando, nos da una mano para recordar. Por eso, lo vivido.
Ante todo, amadas almas que vivís un proceso de dolor, AMAD, AMAD, AMAD. Sólo amando y teniendo compasión para todos aquellos que padecen, podremos crear una energía que los puede llegar a sanar, si así ha de ser para su alma. Amad. Sentid el Amor en vosotros y llegaréis a sentir la calma dentro de cada uno. Sentid el Amor en vuestro interior, y aligeraréis el dolor de aquellos seres cercanos que su vida ha dado un vuelque, empezando una nueva etapa, quizás con cambios físicos, emocionales o mentales. Estad a su lado y ved al otro, o a vosotros mismos, si es a vosotros que os ha sucedido, como seres completos, enteros, con grandes capacidades de vivir, aunque a veces, la nueva vida tenga que ser con modificaciones, a nivel de estilo y ritmo, en relación a cómo vivíamos hasta hace poco.
Sea la pérdida de alguien que ya no veremos más, una amputación de algún miembro de nuestro cuerpo, el darnos cuenta de la relación de nuestros hijos con las drogas, un despido improcedente dejándote con varias deudas pendientes sin poderlas hacer frente a partir de ahora, o una sensación de abandono ante la vida. No importa lo que vivamos, porque cada experiencia es la adecuada para nosotros. No hay nada porque sí. Todo está abrazado por el Amor.
Somos nosotros, que a lo largo de los años nos hemos estancado, apegado y creado unas capas de protección por miedo a que nos hieran o no ser aceptados. Entonces es cuando, con el tiempo, aparecen las situaciones de ayuda, de segundas oportunidades para llegar a nosotros y empezar a recordar aquel quienes somos.
ACEPTAD Y AMAD, porque no hay nada porque sí. No existe nada al azar en nuestra vida. Nosotros hemos sido y somos, los únicos responsables de nuestra vida.
Por eso, tenemos la salida del dolor que habita en nuestro interior. ¡Conócete y aprende de lo vivido, porque el fondo de la forma que ves y experimentas, te liberará y te acercará más a la felicidad y la plenitud de tu ser!
Cuando el dolor aparece, la puerta del recordar y el aprendizaje se abren.

Mi AMOR está en cada uno de vosotros.
Todo tiene su sentido.


Que el Amor, la Paz y la Comprensión de lo vivido sean en cada uno. 

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