jueves, 7 de junio de 2018

De un alma unificada con su Divinidad





Mi corazón bostezó en este nuevo amanecer. Relajado y sintiéndose amado, protegido y guiado, su presencia es llevada hacia lo más alto para poder Sentir los más elevados sentimientos y sensaciones procedentes de su naturaleza.
-         Amado Corazón, ¿cómo estás hoy?
-         Relajado y entregado – me responde
-         Levantémonos porque un nuevo día nos espera para cruzar su umbral y vivir las bendiciones que desde la Sabiduría de nuestro interior nos depara.
Avanzando a través del nuevo día y sintiendo la presencia del Amor abrazar cada rincón de mi cuerpo, todo lo que veo, percibo, escucho y realizo siento el Gran Poder de aquel quien somos. Todo fluye, donde la Fe abre las puertas de la realización, de la Paz y la Armonía a lo largo de mi sendero, mi estilo y ritmo de vida.
La misión por la cual encarné se está llevando con todo su resplandor.
La serenidad y el sosiego en mi ser es irradiado, sembrando a cada paso dado por mi presencia.
A medida que voy ascendiendo en mi proceso, encuentro el sentido de todo lo sucedido y por venir. Sólo belleza aprecio y siento en mi vida diaria.
Siento la guía del camino de mi vida, apreciando los actos y situaciones que voy viendo a lo largo de mi camino. Mi ser siente las energías que se presentan a cada instante junto a mí o que rozan mi pasar junto a ellas. Siento en el ahora de cada situación el por qué de mi presencia en esta vida actual, en este mundo en proceso de ascensión y del pasado de aquellos que sus manifestaciones están sujetas a un dolor y lleno de vivencias invitadas a la desgracia humana.
La Presencia Divina protege todo mi ser y ensalza la paz y la serenidad en cada presente de mi día a día.
Cuando alguien sabe de su ser y puede sentir su verdadera esencia en él, unificado con quien es, la vida toma un sentido donde nada puede alterarte, y donde tu interior es la fuerza, la guía y la realización de aquello que tu corazón, como voz divina de tu ser, te lleva a vivir desde el perfecto actuar.
Percibes el sentido de tu existencia en este mundo y lo que has venido a hacer. Cuando llegas a este punto, solo te queda dar un paso: la Reafirmación de la ENTREGA ETERNA, incondicional, de tu vida y todo tu ser a las manos de la Esencia Divina, creadora de toda vida.
Ella es la Luz de tu camino.
Ella es el Sentir de tu verdadera esencia.
Ella abre las puertas de tu realización y manifestación en esta vida que ahora te encuentras.
No hay obstáculos, porque tu mente ha dejado de darle importancia.
No hay dolor, porque tu atención se centra en lo amoroso y en todo tu poder y capacidad para restablecer la armonía en toda situación que pueda necesitar tu presencia.
La vida toma otro sentido más elevado de lo humano. Tu día a día está rodeado y dirigido por el Amor y tu actitud es sentir y dirigirte hacia allí donde el bienestar y tu voluntad te manifiestan qué dirección tomar.
Ya no piensas ni crees en nada. Sencillamente sientes y sabes.
Ya no tiene ningún poder sobre ti lo exterior, porque en tu interior sientes el coraje, la fuerza, la protección, la verdad de tu vida y tu misión.
Cuando tu vida se ha centrado y ha tomado la decisión que la guía en tu proceso será lo que tu corazón te guíe, solo lo mejor puedes esperar, donde las puertas de tu realización se abrirán con el paso de tu práctica diaria para que así sea. Irás viendo como tu entorno va cambiando con tu presencia, liberando la densidad y elevando a todo ser implicado en la situación o lugar.
Mi ser reposa sereno, en paz y sintiendo la presencia del Hogar y la Divinidad que Yo Soy.
Solo existe el Amor en tu ser, y tu presencia se convierte en la Luz del Camino, la Verdad y la Vida, como en su momento, otra alma ascendida nos transmitió.

Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros. 

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