miércoles, 21 de diciembre de 2022

Cuando llega la hora

 


Mi ser interior avanzaba por el camino donde se encontraba. La lluvia abrazó todo mi ser, llegando a hacer brotar la esencia habida en mí en aquel momento. Yo proseguía dando los pasos según sentía dentro de mí.

Al final, en medio de mi andar, me detuve. Empecé a percibir toda una serie de sensaciones anheladas a lo largo de mi proceso consciente. Todo lo anhelado se iba produciendo en mi interior, sintiendo a grandes niveles, estos momentos tan queridos desde hacía mucho tiempo. Al final los llegué a sentir estando conmigo.

Mis ojos se humedecieron, sintiendo un gran amor en mí. Mi interior se expandió y empezó a flotar dentro de la inmensidad donde me encontraba. Fue como reconocer que me encontraba en mi mundo innato y del cual procedía.

No estaba solo. Era como si seres de Luz y mi propia esencia se encontraran junto a mí. No necesitaba expresar nada, sólo sentir lo que estaba viviendo en mi presente actual.

Estas sensaciones me permitían darme cuenta de aquel quien era, y que en el fondo siempre he sido. El tiempo no existía, ni el espacio. Podía estar flotando en medio del universo, como estar con un tipo de seres de Luz, o con otros, pero en todo momento acompañado por mi verdadera Familia del Hogar.

Estos momentos me hicieron liberar todo aquello que estaba asociado a lo terrenal para abrirme las puertas de mi esencia espiritual, que es la fuente de la cual todos procedemos. El Amor era parte de mí, el cual me acercaba a todos y me hacía tener una visión totalmente diferente a la establecida y relacionada con el mundo donde me encontraba. Más allá de él nos hallamos cada uno de nosotros para crear una vida según nuestra verdadera esencia para el mayor bien de todos.

Abrazando este silencio, estos momentos sentidos y todo lo que iba recibiendo desde este Hogar Celestial, mi ser se fue renovando cada vez más haciéndome sentir la serenidad, la paz, el Amor y la sabiduría conforme ésta no pertenecía al conocimiento mental, sino a nuestra verdadera esencia.

Fueron momentos, los cuales restablecieron todo mi ser en relación a quien en verdad yo era. Me sentí liberado del todo, vacío de cualquier tema existente, y donde tan solo existía mi esencia elevada por las sensaciones que estaba teniendo, en una dimensión muy superior a las conocidas.

El tiempo y el espacio no existían en mí, sólo el presente y mi esencia innata, procedente del Amor Universal.

Con el tiempo, y mi práctica consciente, estos momentos se convirtieron en parte de mí de una manera constante y permanente a lo largo de mi vida, yendo a más. Cuando es así, toda tu vida cambia, pase lo que pase en ella. Tu presencia se manifiesta con una gran paz interior, serenidad y comprensión de todo lo sucedido. Todos los por qué desaparecen, sintiendo en cada instante comprensión de estos por qué y entendiendo su sentido por el cual sucedieron.

La sabiduría es en ti plenamente, comprendiendo y pudiéndote acercar, cada vez más, a todos aquellos que te rodean. Entonces es cuando el sentido de tu existencia en esta vida actual empieza a materializarse a niveles inimaginables.

Todo se encuentra dentro de ti. Cuando has abierto tu corazón y te has entregado a la Divinidad Superior, entonces, todas las puertas de tu proceso se abren para materializar el acuerdo que se hizo antes de encarnar en este mundo. 

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