domingo, 10 de septiembre de 2023

La maestría de los animales

 

Una vez un ser que ya llevaba un tiempo aquí en este plano terrenal se adentró en la naturaleza para sentir el silencio y la belleza que ella desprendía.

Después de un rato en medio de ella, vio un caracol encima de una pequeña roca. Se le acercó y le preguntó:

-         Caracol, ¿qué es la vida para ti?

El caracol le miró y le dijo:

-         La vida es vivir cada instante, disfrutar de todo aquello que puedas hacer en cada momento; y cuando veas que la situación no se corresponde con tu diversión, ves a tu interior.

Entonces, este ser, después de oír estas palabras, quiso sentarse un rato bajo la copa de un árbol. Allí oía la melodía de los pájaros, habiendo uno acolorado que descendió ante él.

El ser lo vio, le miró y le preguntó:

-         Oye, amado pájaro, ¿me podrías decir que es para ti la Vida?

El ave no dejó de mirarle y le respondió:

-         La vida es aprender a volar, y al hacerlo, vas a poder ver todo lo que necesitas en tu vida para llevarlo a término y obtener la visión de la realidad de todo lo que existe.

Cuando se levantó de debajo del árbol, este ser se dirigió a un estanco que había cerca de allí, y llegando a él, vio como una tortuga estaba saliendo del agua. Cuando hubo salido del todo, se le acercó y le preguntó:

-         Amada tortuga, ¿qué es para ti la vida?

Ella le respondió:

-         La vida es no ir de prisa, yendo con tu serenidad allí donde vayas, disfrutando y poder hacer todo aquello que la vida te ofrece. Entonces deléitate con todo aquello que hagas, porque vas a encontrar todo lo que necesites, y cuando no sea así, viendo que la situación es supuestamente adversa, entonces ves a tu interior.

El ser quedó impactado al oír por segunda vez, el qué hacer en momentos determinados. A continuación hizo un suspiro y cerró los ojos. Sintió en su interior todo lo oído en esta estancia en la naturaleza y se dio cuenta de cuál debía de ser su nueva actitud y el que hacer para la nueva vida tan deseada por él.

Volvió a abrir los ojos y ya no vio a la tortuga delante de él.

 

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