miércoles, 10 de abril de 2024

Ropa tendida al sol

 

 

Una pareja de recién casados se mudó en un barrio muy tranquilo. En la primera mañana en la casa mientras tomaba café la mujer vio a través de la ventana como una vecina colgaba sábanas en el tendero.

-         ¡Qué  sábanas más sucias está colgando en el tendero! Necesitaría de un jabón nuevo. ¡Si yo tuviera confianza le preguntaría si ella quiere que yo le enseñe a lavar las ropas!

El marido miró y quedó callado.

Algunos días después nuevamente, durante el desayuno, la vecina volvió a colgar sábanas en el tendero y la mujer comentó nuevamente a su marido:

-         Nuestra vecina continúa colgando las sábanas sucias. Si yo tuviese intimidad le preguntaría si ella quiere que yo le enseñe a lavar la ropa.

Y así, durante un tiempo, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina colgaba sus ropas en el tendero.

Había pasado un mes, y la mujer se sorprendió al ver las sábanas tendidas, y entusiasmada fue a decir a su marido:

-         ¡Mira, ella ya aprendió a lavar las ropas! ¿Será que la otra vecina le enseñó?, ¡porque yo no hice nada!

El marido calmosamente respondió:

-         No, hoy yo me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana.

 

Y así es. Todo depende de la ventana de uno, a través de la cual observamos los hechos de la vida.

Antes de criticar, verifiquemos si hicimos alguna cosa para contribuir.

Verifiquemos nuestros propios defectos y limitaciones.

¿Qué tal lavar nuestros vidrios y abrir nuestra ventana?

 



 

No hay comentarios: