jueves, 16 de diciembre de 2010

Texto leído en la Meditación para el 2011 del 12 de diciembre

Este domingo pasado, día 12, a las 12h. del mediodía se realizó una Meditación para la Paz y el Amor para el 2011 en la población de Cardedeu (Barcelona). En el encuentro se leyó un escrito para la preparación de lo que fue la meditación en sí como pautas de reflexión para el momento clave del acto. Siento la necesidad de compartirlo con todos vosotros para haceros partícipes de una parte de la ceremonia realizada.
El escrito que se leyó para todos los asistentes fue el siguiente:

Hoy nos encontramos aquí para aportar nuestra intencionalidad y poner nuestro grano de esperanza, luz y amor a todo un planeta y humanidad que se encuentra en medio del desconcierto, y en muchos casos de la desesperación y la miseria.
Podemos sentirnos agradecidos por encontrarnos en este espacio de este mundo de nombre Catalunya y España. A pesar de que algunos de los presentes no estéis del todo satisfechos por los dirigentes que tenemos, por el trabajo que hacemos o no podemos hacer debido a nuestras limitaciones o discapacidades, no es nada en relación a otros lugares de nuestro planeta donde incluso el poder respirar ya es un lujo. Somos unos afortunados de estar donde estamos, de poder caminar libremente por la calle, respirar y expresar lo que sentimos.
Sí, somos unos afortunados de vivir en el lugar donde vivimos, teniendo presente que países y continentes no tienen el margen adquisitivo de supervivencia y vida que nosotros tenemos. Así por ejemplo, los 20 países más pobres del mundo se encuentran en África, así como la mayor parte de las guerras existentes.
Zambia, conjuntamente con Zimbabwe, el Chad o Liberia son las mayores zonas del continente africano con un mayor índice de pobreza, un 80%. Con el mismo porcentaje, dentro de nuestro continente se encuentra Moldavia, que conjuntamente con Albania tienen el mismo grado de pobreza. En el continente americano es Haití, y Tayikistán, el país con el 64% de pobreza en la zona de Asia Central con un 40% de parados.
Vivimos en un mundo de desigualdad, miseria y muchos miedos, donde la esclavitud todavía está presente, pero lo bueno del caso, es que nadie quiere vivir así. ¿Qué es lo que falla? ¿Os dais cuenta como somos unos afortundos al tener agua caliente cada día, un plato en la mesa, unos zapatos y qué ponernos cuando hace frío? Todo y así, también os tengo que decir que hay personas que están despertando sus conciencias y abriendo sus corazones para saber qué hacer ante este vida y todo lo que sucede en ella.
Con el cambio de milenio hubo un cambio en el mundo donde estamos. Los científicos han podido darse cuenta que los polos, norte y magnético se han acercado, que cada vez encuentran más erupciones solares, más residuos de rayos gamma, los que tenéis hijos os daréis cuenta que ya no son como vosotros fuisteis. Son más espontáneos, decididos y parece, en ocasiones, que hablen como un adulto.
Nuestro planeta está cambiando, y la Tierra nos lo hace saber desde el 2004 con el primer tsunami. Después han venido muchos otros, así como terremotos, volcanes en erupción, un cambio climático y por momentos no parece detenerse produciendo grandes muertes masivas. Alguna cosa grande está sucediendo en nuestro planeta.
De alguna manera, por eso, todos estamos hoy aquí, para poner una brizna de paz, amor y energía para el próximo año que pronto entraremos, para que sea mejor que este, abriendo una puerta a la esperanza.
Desde nuestro racionamiento humano, nada parece tener sentido, pero las cosas no son porque sí, y el proceso que estamos siguiendo todos en nuestra vida y la evolución del planeta tiene su razón de ser.
Se dice que después de la tempestad viene la calma.
Cada uno de vosotros puede aportar esta calma a los demás, y los demás a los de más allá, y así, como una gota de agua que cae en el estanque y extiende su onda, con la paz y el amor de cada uno iremos alargando la cadena de la esperanza, la solidaridad, para hacer un mundo mejor desde el corazón.
No siempre podemos elegir lo que queremos vivir, pero sí la manera de vivirlo. Es esta actitud ante la vida y nuestra presencia amorosa la que permitirá que el mundo vaya cambiando tal como nosotros y todos queremos en el fondo. Las guerras finalizarán cuando acaben las guerras interiores de cada uno. Habrá amor en nuestro planeta cuando podamos llegar a sentir el amor dentro de nosotros y actuemos desde el corazón. La miseria y el dolor desaparecerán cuando nosotros hagamos las paces con nosotros mismos, liberándonos de nuestro pasado y dándonos el permiso de ser nosotros, expresándonos según somos, libremente.
Pasan muchas cosas en nuestro entorno y nosotros podemos colaborar para que estas situaciones sean más llevaderas, más llanas y aleccionadoras, a la vez, para poder continuar nuestro camino de evolución que todo ser humano sigue. Todos estamos en el mismo camino, aunque unos necesiten unas experiencias para crecer, y otros otras diferentes. Todos nos necesitamos para continuar creciendo.
El cambio en el planeta y la humanidad depende de nosotros, debido que poniendo nuestra semilla en los nuestros entornos, haremos que el lugar donde vivimos sea un lugar donde valga la pena estar. Empecemos por nuestra casa, y si conseguimos un ambiente sosegado, de armonía, sin enfados, miedos, palabras mal sonantes, ni tensiones, esta energía la transmitiremos a nuestro pueblo o ciudad, y todos juntos enviaremos una energía positiva al resto de nuestro país y al mundo.
Hoy hemos venido, todos los que estamos aquí, para abrir nuestro corazón, y quién sabe si para dar un paso más en nuestra conciencia conforme nosotros sí que podemos cambiar aquello que vemos que está pasando. Cada uno de nosotros es la fuente de la cual puede beber nuestro planeta.
Estas palabras que habéis leído oído hasta ahora, que sea un punto de inicio de replantearnos nuestra vida, nuestra actitud ante ella, de una manera más amorosa y abrirnos al contenido aleccionador que cada hecho cotidiano nos aporta, tengamos la edad que tengamos. Mientras estemos vivos, todavía nos podemos ilusionar y aprender. No lo tenemos todo aprendido mientras nuestro corazón late.
Somos seres perfectos, completos. Somos seres con un potencial inmenso que, probablemente, no nos enseñaron de pequeños. Por eso, y ahora me dirijo al ser amoroso que hay dentro de cada uno de vosotros: “Siendo tú, actuando desde el corazón, liberarás los miedos que has ido arrastrando a lo largo de todos estos años de tu vida. ¡Sé tú! Y estarás ayudando al resto de nuestra amada Tierra y a todos los que vivimos en ella.
Para acabar, querría nombrar unas palabras de Martin Luther King en su discurso más conocido “He tenido un sueño”:

“Hemos de ascender a las majestuosas alturas donde se hace frente a la fuerza física con la fuerza espiritual”

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.


A todos, gracias.

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