miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cada nuevo día

Oigo un toque de campana de la iglesia de mi pueblo. Podría ser el inicio de lo esperado, pero no: son las 9’15 h. de la mañana.
Me levanto cada día abriéndome a las buenas nuevas que la jornada puede ofrecerme según mi ser. Cada día es una nueva oportunidad para dar nuevos pasos hacia nuestro proceso espiritual.
Para mí, cada vez que me levanto por la mañana es un regalo sorpresa para mi nuevo resto de mi vida. Cada jornada es el principio de una posible nueva vida llevada por el corazón. Cada día es el principio de una nueva era de mi corazón, donde éste toma las riendas de mi vida, indicándome la dirección a seguir y cómo hacerlo. Hoy, el director de mi presencia es el corazón. Le doy una nueva oportunidad. Cada día un poco más, sabedor que su voz es alentadora y protectora para mi ser.
Hoy, escuchando los toques de campana y el cantar de un gallo, veo resurgir un nuevo sol, azulando el firmamento hasta donde mis ojos pueden divisar.
Me encuentro bajo el cielo de la compasión, la guía y el despertar del ser humano.
Siento en mi interior como si algo nuevo, inmenso, se aposentara en mi interior, como los viajeros de los asientos de un avión transoceánico, sabiendo de su nueva etapa a partir de ahora. Saben que se encuentran en un punto, un lugar que deben dejar para dirigirse según su voluntad. Hay un silencio querido pensando en el destino.
El avión despega y durante un tiempo, los seres humanos de aquel avión intentan pasar el tiempo de la mejor manera posible: durmiendo, leyendo, viendo una película, jugando a juegos de mesa,… o sencillamente pensando en su nueva vida.
De alguna manera, parte de la humanidad se encuentra en este avión. Nos encontramos elevados, más allá de las nubes, porque para llegar a allí donde queremos llegar, debemos de elevarnos. Es cuando más rápido llegaremos. En el momento adecuado.
Hay quien no ha querido coger el avión. Por suerte, la compañía aérea de la Voluntad Divina ofrece nuevas oportunidades a quienes han negado el ofrecimiento del viaje. Hay otras propuestas y horarios.
El aeropuerto cada vez está más lleno y la compañía “God in You” llena los aeropuertos con sus aviones hacia la nueva vida. Cada vez, más seres humanos consiguen un billete para el viaje tan esperado.
Los pasajeros del avión que ya se encuentran en pleno vuelo sienten que han tomado la decisión correcta; si bien es cierto que algunos han accedido para acompañar a otros. La cuestión es que unos atraen y llevan a otros y los aviones se llenan para cruzar la terrenalidad hacia la liberación, el bienestar y la realización.
Llegarán a tierras desconocidas, aunque familiares y sus presencias se adaptarán rápidamente al nuevo lugar, siendo aceptados y colocados en el lugar adecuado para que puedan manifestarse según su naturaleza. Todos tienen su lugar. A todos se les está esperando.
Tú también tienes el tuyo. Para esto, debes de adquirir tu billete y subir en tu avión. Esto es trabajo tuyo para acabar con lo que fue y abrirte a lo nuevo y esperado que siempre tu corazón te ha ido hablando. Quizás ya te encuentres en el avión, en tu asiento adecuado. Bueno, si así es, acaba de disfrutar del viaje porque tu “destino” ya está cerca.
A todos, bienamados viajeros del Despertar, a todos, os digo que sois bienamados, protegidos y guiados por nuestro Hogar y nada debéis de temer.

¡Sí!, nunca me he arrepentido de adquirir un pasaje por voluntad propia para seguir este proceso.
En este instante soy quien conduce uno de estos aviones. Conozco el camino. Me lo propusieron y acepté ser un conductor del trayecto.
Aunque os parezca temerosa, imprudente o alocada la decisión que habéis tomado para subiros a este avión o llegar hasta el aeropuerto, os aseguro que nunca habéis hecho mejor inversión que la de aceptar la llamada de vuestro corazón.
Que paséis un buen viaje.



Os habla el comandante del avión:
Hoy lucirá el sol todo el día.
Todo va bien. Las condiciones son óptimas para poder llegar al destino sin contratiempos.
La duración del viaje será el adecuado a cada uno.
Les deseo que pasen un feliz vuelo.
Reposen en sus asientos y descansen. Disfruten del viaje.
El avión está en buenas manos.

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