miércoles, 13 de julio de 2016

Las injusticias


Un discípulo se acercó a su maestro y le preguntó:
-         Maestro, tengo que reconocer que me cuesta aceptar las injusticias que veo a mi alrededor. La mayoría que veo son debidas a intereses personales y miedos. Por otro lado soy consciente de lo que puede representar para la persona que las padece. Pero me cuesta aceptarlas.
-         Cuando dejamos de fijarnos en la forma – dijo el tutor - y nos adentramos en la esencia de la situación, entonces veremos la luz para el alma de quien las vive. Solo aquellos que necesitan “de esta ayuda”, se encontrarán inmersos en la justa “injusticia”. Es injusto para quien todavía no comprende la presencia del hecho, pero todo tiene un fin, un sentido que nos conecta con el alma.
-         Pero maestro, cuando ve a alguien que sufre por una imposición interesada de otro, ¿qué siente?
-         El dolor no es querido por ninguna de las almas en la materia, pero sus sentimientos, a menudo, son de sufrimiento y limitación. Cuando es nuestro corazón quien guía nuestra alma, puedes ver como lo que atraemos a nuestra vida está en consonancia con la supuesta “injusticia”.
-         (Silencio por parte del discípulo)…
-         Interferir deseando que nadie viva el camino que debe de seguir, podemos estar evitando el proceso que él debe de vivir.
-         ¿Y entonces, qué puedo hacer cuando vea una injusticia?
-         Lo que tú denominas injusticias son manifestaciones en el sendero de los que la viven para que puedan liberarse y acelerar su iluminación. (Pausa). No hay injusticias celestiales, solo terrenales, y esta terrenalidad está para elevar las almas que la viven, para despertar sus corazones y elevar sus almas.
-        
-         Amado aprendiz y maestro – dijo el venerable anciano -, todo está basado en el amor. Cuando un alma se encierra en ella misma o toma un camino que no es el suyo, necesita reaccionar, y las “injusticias” son actos que te llevan a una reacción, que si se basa desde el corazón te lleva a un aprendizaje y a un desbloqueo de tu camino, pero si se observa y actúa desde la mente puede llevarte a un estado de limitación y dolor. Todo lo creado por la materia tiene un sentido espiritual para llevar a cada alma al lugar que debe de estar y/o dirigirse.
-         ¿Así no debo de interferir? ¿Y si continúa haciéndome sentir mal? – dijo el chico.
-         Entiende el por qué de lo que vive, la persona implicada, para poder elevar su alma. Deja que tu corazón sienta el amor de lo vivido, y entonces, el dolor que puedas llegar a sentir se convertirá en agradecimiento por lo vivido. La consciencia nos ayuda a conocer la Verdad de la existencia. (Pausa). No hay nada vivido que no dé de la mano al alma y la eleve hacia su máxima exaltación.
-         Así,…. ¿todo es amor? – dijo el joven.
-         Así es – le respondió el maestro. Todo existe para un fin superior.

Después de un silencio, el chico finalizó el encuentro diciendo:
-         Gracias maestro. Tendré presente sus palabras.


El maestro asintió con la cabeza haciendo una pequeña sonrisa al joven discípulo mientras veía que se alejaba pensativo en sí mismo. 

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