miércoles, 14 de mayo de 2008

Ángeles en la Tierra

A pesar de los pesares, el Cielo se encuentra en la Tierra.
Seres angelicales, procedentes de nuestra morada espiritual, descienden constantemente, y cada vez más, en número, en la dimensión en la cual se encuentra la humanidad. Viven entre nosotros, adquiriendo un cuerpo para acercarse a aquellos que más lo necesitan en un momento determinado.
Ellos se encuentran entre nosotros, en los diferentes continentes con apariencia diversa para llevar a término aquello por lo cual han venido.
Una Voluntad Superior dirige sus pasos, y ellos, como seres al servicio de la Fuente de Toda Creación de Vida, se establecen allí donde se necesitan sus presencias. Pueden materializarse y desmaterializarse debido a su pureza espiritual.
Ángeles nos rodean y aparecen cuando menos nos lo imaginamos. Nuestras oraciones y demandas desde el corazón acostumbran a verse muestras a través de ellos. Sus intervenciones dan esperanza y luz a las peticiones de las almas terrenales.
Su apariencia suele ser dispar, según donde se encuentren y la función a realizar. Pueden mostrarse como indigentes, campesinos, jóvenes de apariencia antisocial, pero su mirada y su actitud los delata. ¿Por qué se muestran así? Porqué sólo aquellos que realmente vean y actúen desde el corazón se les acercará. Ellos necesitan no ser molestados para cumplir lo que han venido a hacer, y a veces, su apariencia suele ser no “recomendable” para los convencionalismos sociales de la zona y cultura donde se hallen. Pueden aparecer como jóvenes, ancianos, hombre o mujer, e incluso, como animal, en el momento justo y adecuado en tu vida para ayudarte a dar un paso más en tu camino.
Intervienen cuando menos te lo esperas, de la nada aparecen, justo cuando más los necesitas. Luego, desaparecen de tu vista, al girar una esquina de la calle; al girar tú la cabeza, y luego querer volverla para mirarlos y ya no están; algún caminante que se cruza contigo, te indica, y unos pasos más allá del encuentro te giras y ya no lo ves, pero ahora saber, en cambio, hacia donde ir; …
Particularmente, he llegado a conocer algunos de ellos. Aparecieron en momentos que necesitaba ayuda, y de la nada aparecieron, tres concretamente, en mi caso, y desaparecieron al girar una esquina.
Constantemente nos quieren ayudar y están aquí para facilitarnos el camino, estando en todo momento al servicio de Dios.
Su apariencia o actitud hace que los demás guarden cierta distancia, para que sólo los adecuados, se les acerquen y los conozcan de verdad. Sólo aquellos que necesiten de ellos, querrán acercárseles y conocerlos mejor.
Los ángeles conviven con nosotros, y no aparentan, siempre, aquello que realmente son. Pasan desapercibidos, así, pueden realizar lo que han venido a hacer.
Sus presencia son bendecidas por la Voluntad Divina.
¡Aleluya!

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