jueves, 30 de junio de 2011

La Sincronicidad hacia la Sanación

El universo tiende al equilibrio. Todo lo existente en él y en el eterno firmamento en expansión contiene la esencia innata que nos impulsa al equilibrio. Cuando algo se inestabiliza, el flujo de la divinidad en cada universo dirige lo inarmónico hacia la regeneración del desorden para restaurarlo y producir unas secuencias hacia lo estable y el orden, un orden no impuesto, sino reconducido con las energías de máximo vibración para que todo se reestablezca y permita la armonía, nuevamente, hacia el fin mayor de todo lo existente.
En cada rincón del universo hay un empuje, una inercia que permite que este equilibrio, sin ninguna intervención añadida se manifieste nuevamente.
Vivimos en medio de una galaxia, perteneciente a nuestro universo. Nuestra presencia tiene, por lo tanto, un sentido para reestablecer el equilibrio en nuestro planeta, en este espacio de densidad en el cual nos encontramos. Estamos inmersos en una energía de nivel superior que rige nuestras vidas para todo aquél que quiera continuar subiendo los peldaños de la ascensión. Este proceso permite crear equilibrio en uno mismo y para todos aquellos que nos pueden llegar a rodear, o compartir espacio en nuestro entorno.
El ser humano intenta dominar y poseer su entorno, su planeta, no siempre acertando con las decisiones que toma. Cuando dejamos que los desastres acaecidos por la mano del hombre, no vayan más allá de lo sucedido y dejamos que el planeta se encargue del desorden creado, nuestro amado mundo empieza el proceso de regeneración, y con el tiempo, llega a reestablecerse. Hay una fuerza muy poderosa que ayuda a esta recuperación, y es el apoyo de las consciencias despiertas de los humanos que han salido de la ensoñación de un tiempo pasado atrapado en la dualidad.
La Tierra tiene una gran capacidad de generar energía allí donde el humano la altera y desequilibra. Ha habido casos evidentes en la historia reciente de nuestra historia. Aguas contaminadas que vuelven a estar limpias y los peces vuelven a hacerse suyas aquellas zonas que durante tiempo estaban fuertemente contaminadas, produciendo la muerte de todos aquellos seres que la habitaban; situaciones de derrames de grandes cantidades de petróleo y con el tiempo las aguas regenerarse; zonas quemadas y arrasadas, y volver con el tiempo a florecer;…..
Nuestra amada Tierra sabe como establecer el equilibrio porque pertenece a una vida regida por un fin superior: el Amor.
Todo tiende al Amor, aunque aparentemente no parezca que así sea.
Nos encontramos en tiempos de una gran limpieza de nuestro planeta y nuestro interior. Todo parece pertenecer a un Plan Superior por encima de las individualidades de cada uno. Parece como si fuéramos una pieza de un gran puzzle donde cada uno encaja, perfectamente, su pieza al lado de otra, de otro que también colabora en estos momentos de gran expansión y despertar de la conciencia. Todos nos encontramos en este viaje, unos para activar el despertar de los demás de una manera más notable, y los otros para elevar las energías de nuestro amado planeta sin ser conscientes de eso. Juntos, materia y humanidad elevaremos la divina intencionalidad hacia el pedestal más alto de la escalera de la Ascensión.
¡Hay tanta emotividad en estos momentos! ¡Tanta emoción sentida en los corazones abiertos! Vivimos tiempos gloriosos en la historia del ser humano y el planeta. Ser conscientes nos ayudará a entender el por qué de todo y adaptarnos a los tiempos que vivimos con confianza, comprensión, aceptación, serenidad, paz y amor.
Mi vida se encuentra en medio de este proceso. Soy parte de este tren que nos lleva a nuestro mayor bien y realización. Soy una pieza más de todo el rompecabezas de la evolución de la especie humana. La materia está dejando paso a la verdadera esencia que somos. La espiritualidad abre las puertas de par en par para mostrarse con toda su fuerza en nuestro mundo, y éste reacciona según la intensidad de su presencia, de nuestro grado de despertar. Todo es consciencia. Todo es energía. A mayor despertar, mayor nivel de pureza vibracional en nuestras energías, y como cada uno de nosotros somos parte del Gran Puzzle, todos estamos colaborando que éste se complete para poder ver la belleza de la perfección de nuestra existencia.
Mi vida se ha dirigido hacia este fin, y desde hace años, con todas mis fuerzas, de una manera consciente para que así sea. En el momento que el universo actuaba en mí, no siempre era consciente en el instante, pero mi confianza era plena, conforme me estaba dirigiendo hacia mi absoluta sanación y desprenderme de la piel que ya no me servía a cada paso que iba dando según mi corazón. Mudé la piel de la dualidad hasta sentir la presencia divina en mí.
La vida no siempre es lo que parece, y sobre todo en aquellos momentos que no son agradables, los instantes o situaciones que vivimos. Sed pacientes y no permitáis que vuestra mente os traicione. No permitáis que se manifieste en casos de aparente adversidad. Nada es lo que parece. Sentid la calma en vosotros y la sensación de que estáis siendo guiados por la mano amorosa del universo. Dios está en vosotros guiándoos. Nada debéis de temer. No penséis. No organicéis. No controléis, y aquello que se os presentó y atrajisteis en vuestras vidas se alejará de la misma manera, habiendo aprendido una nueva instrucción para subir un peldaño más en vuestro proceso de evolución. Abrid vuestro corazón y dejad que os guíe. Vuestro Hogar os guiará.
Para equilibrar nuevamente la situación, la relación o vuestra alma, al producirse el desequilibrio, inmediatamente el Universo actúa a vuestro favor, dándoos las oportunidades para poder reestablecer aquello que no está fluyendo con el flujo de la vida, con vuestra verdadera esencia. A partir de aquí empieza el camino de las sincronicidades, de las oportunidades para que vuestra condición humana pueda conectar nuevamente con vuestra espiritualidad y equilibrar el desorden creado por vuestra mente, fruto de un pasado.
Las sincronicidades nos llevan al camino correcto de nuestro ser. Nuestra libertad nos empodera y permite a nuestra alma activar su potencial de elevación espiritual. El libre albedrío que habita en cada uno decidirá qué hacer cuando se encuentre con una oportunidad para avanzar. Todos, tarde o temprano, y estos nuevos tiempos nos empujan a tomar la mejor decisión, elevaremos nuestro ser al encararnos con las resistencias habidas debido a un doloroso pasado, pero será necesario hacerle frente y aceptar las consecuencias que éste nos depare debido a nuestra fortaleza de querer vencer las limitaciones que durante muchos años, o quizás todavía, haya o existieran escondidas en nuestro interior. No tengáis miedo. Estáis siendo protegidos y amados profundamente. Nada debéis de temer.
En mi caso hubo un aspecto que, con el tiempo me di cuenta de la importancia de estas sincronicidades y que nada es lo que parece.
Durante mucho tiempo, ya de adulto, debido a la educación recibida por parte de mis padres, nuestra relación no era la que a mi me hubiera gustado que fuese. Estábamos muy lejanos en relación a como vivir la vida y la visión sobre ésta, sobre todo, por parte de mi padre. Dominante, inseguro, miedoso, rígido y perfeccionista, quiso transmitir “la mayoría de estos valores” a sus hijos. Yo era uno de ellos. No eran conscientes que también transmitían otros como infravaloración, anulación del ser, inseguridades, grandes miedos, limitaciones y un gran concepto subliminal de dependencia de la familia para poder sobrevivir. “Si no lo haces tú, no lo hará nadie.” “Desconfía de todos, porque la gent es mala y se puede aprovechar de ti”. A pesar de todo, puedo decir que mis padres nos amaban, según lo que habían recibido de pequeños (falta de ternura y autoestima).
Como decía, el tiempo se encargó que nos acercásemos nuevamente. Habíamos de sanar nuestra relación. Con el tiempo entendí el por qué de nuestro acercamiento y convivencia. Fue el momento justo cuando yo estaba preparado para hacerle frente y ser yo a pesar de su fuerte presencia enraizada en la dualidad. Los pasos para llegar a ellos fueron de coraje y escuchar a mi corazón. Sabía que algo bueno me estaba empujando a dar estos pasos. Hasta entonces, cada vez que iba a casa de mis padres, y expresaba algo de mi manera de ser o ver la vida, era tildado de “alguien irreal, que no vive con los pies en el suelo, que a ver con quien me relacionaba por las malas influencias que podía recibir, recibiendo a la vez, comentarios de burla o de ¡pobrecito, no sabe lo que dice!,….”
En aquel momento, antes del acercamiento a mis padres, mi vida empezó a cambiar, llevándome a un punto que debía de tomar una decisión drástica. No podía continuar con una situación que se me presentó. Justo en aquel momento mis padres aparecieron en mi vida, al pedirles ayuda, y me hicieron una propuesta sorprendente y no prevista. La rueda de las sincronicidades continuaba girando y creando de nuevas para que todo sea. Mi corazón me hablaba de una manera clara y alta. Al final, decidí aceptar su propuesta y fue cuando nuestras vidas volvieron a juntarse. Nuestra convivencia era consciente por parte de mí ser. Me adapté a la nueva situación y a sus presencias, a la vez que sentía a mis hermanos de la Luz conmigo y Dios-en-mi guiándome y serenando mi espíritu.
Actualmente, nuestra relación está sanada. Ahora yo estoy sanado en relación a ellos. Soy más Yo. Fue un aprendizaje para la elevación de mi alma y de mi espíritu. Según mi condición humana eran momentos no deseados, pero mi corazón me empujaba a ellos porque había llegado la hora que mis padres recuperasen a un hijo, y yo, a mis padres. Durante el tiempo que duró nuestra convivencia gocé de ellos como no lo había hecho de pequeño. Reíamos juntos y su aceptación de mi presencia les ayudó, a la vez, a sanar nuestra relación empezando a verme por lo que era, no como a un hijo que necesita ayuda y él solo no podía y que nunca podrá.
Actualmente continúan sin aceptar mi visión de la vida, ignorando lo que realmente hago, pero me siento muy satisfecho porque han empezado a aceptarme tal como soy, diferente a ellos, y delegándome aspectos de la familia que necesitaban, también sanarse.
Las sincronicidades se fueron manifestándose ahora una, ahora otra y así sucesivamente. Mi situación en la vida me llevó a acercarme más a ellos. Estando a su lado tomaron decisiones que nunca tomaron a nivel familiar, confiando por primera vez, mi padre, conmigo para la solución de estas resoluciones. Fui un gran apoyo para ellos. Mi padre empezó a verme de diferente manera. Yo ayudé a mi familia lo que no había hecho hasta el presente por el distanciamiento producido entre mis padres y yo.

El hijo pródigo volvió y este hijo reconoció a sus padres y fue acogido. Se produjo la sanación, el equilibrio tan esperado por parte de nuestras almas.
El Universo volvió a la calma.


Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

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