domingo, 3 de agosto de 2008

Reiki

Hoy querría decir unas palabras sobre qué es Reiki. Quizás alguno de vosotros ya sabéis tenéis conocimiento de en qué consiste, pero me gustaría esclarecer y hacer unas anotaciones sobre qué es Reiki en verdad.
Hay quien diría que es una técnica de sanación natural. También hay quien podría llegar a decir que es un sistema de sanación natural basado en una imposición de manos. Quedándonos con estos titulares es no entender lo que es Reiki en verdad.
Reiki es un aprendizaje o una terapia, o las dos cosas. Se ha llegado a decir muchas cosas, pero el verdadero sentido de Reiki es el amor. Si hubiésemos de definir, según su verdadera esencia de lo que es Reiki, deberíamos de tener presente los siguientes puntos:

· Reiki es un camino hacia el despertar interior
· Reiki es una puerta hacia el autoconocimiento
· Reiki es sanación (emocional, mental, física i espiritual)
· Reiki es una manera de vivir y actuar ante la vida desde el amor

Cuando alguien va a que se le haga una sesión de Reiki, va con la predisposición de sentirse mejor. En el fondo, cuando se sale de una sesión, uno parece haber liberado todo el peso cansino que llevaba encima: preocupaciones, tensiones, e incluso, el dolor que podía llegar a tener en un principio.
Todos pueden hacer servir Reiki. Todos estáis capacitados para mostrar la parte de vuestro potencial espiritual, porque Reiki es una conexión con la esencia espiritual y un aprendizaje de cómo hacerla servir.
Cuando hablamos de Reiki estamos hablando de amor, de la energía espiritual que todos somos y nos rodea. Es aprender a canalizarla para crear equilibrio allá donde se necesite, sea una persona, animal, planta, situación o el mismo planeta. Reiki sirve para todo, porque es amor, y este lo podemos destinar hacia allí donde deseemos.
Vivir con Reiki es tener una actitud amorosa ante la vida, deseando lo mejor para todos, empezando por ti mismo/a. Tú puedes dar Reiki, puedes equilibrarte, y también a los demás. No sólo es para los otros, como hay terapeutas que lo hacen. Se olvidan de ellos y no revisan sus energías para estar en todo momento a punto para ser un canal abierto, limpio y puro para que el “paciente” (que puede ser uno mismo) tome contacto con su divinidad y así pueda sanar, creando el equilibrio que necesite su cuerpo y espíritu.
Reiki no es una técnica, es mucho más que eso: es una manera de vivir al servicio del Padre las veinticuatro horas del día. No es un servicio de unas horas, una técnica que se aplica dentro de un horario laboral y ya está. Es una completa entrega al servicio del planeta.
Tomar conciencia de nuestro papel como sanadores/as, terapeutas de Reiki, implica una responsabilidad espiritual de cara a la humanidad. Hay quien se queda solo con la forma, en la técnica aprendida de unas posiciones de manos, cuando esto es solo una parte de lo qué Reiki. Lo que predomina es el fondo, la conexión espiritual con uno mismo.
La verdadera sanación sucede cuando uno conecta con su “médico interior”. En el fondo, la sanación es autosanación. Es cuando la persona abre las puertas de su interior y permite que el amor le equilibre. Solo desde el amor puede sanar. Reiki es amor. Reiki es responsabilidad, y solo aquellos que se responsabilicen de su vida podrán llegar a tener una perfecta salud, a todos los niveles (emocional, física, mental y espiritual), porque el verdadero espiritual se encuentra dentro de cada uno, no viene de fuera. Mientras uno no se responsabilice de uno mismo, con el tiempo, volverá a manifestar los síntomas de desequilibrio que le impulsó a ir a una sesión de Reiki.
Reiki es una puerta de autoconocimiento que te lleva a despertar aspectos de tu potencial espiritual como ser divino que eres.
Reiki es pureza, no chamanismo, a pesar de que la mayoría de los maestros de Reiki, la transmisión que hacen a sus alumnos la realizan desde la vertiente chamánica.
Reiki es la unión de ti con el Padre, tu divinidad, y dejar que Él/lla actúe a favor de quien lo necesita, pudiendo ser tu mismo/a. No se necesita nada más para crear paz y armonía en tu cuerpo y espíritu. No se necesita ningún ritual ni parafernalia (símbolos, aceites, altares, ….) para dejar que el amor sea en uno. Eres tú y el Padre.
Desgraciadamente, todavía se continúa realizando la formación de Reiki desde la vieja energía, desde el chamanismo, pero la era del chamán ya ha caducado. Ha llegado la hora de la energía crística, la energía de la nueva era. El poder reside dentro de cada uno, de la divinidad que todos somos, no estando supeditado a unos elementos externos como los que acabo de nombrar anteriormente. El amor es directo y puro. No necesita intermediarios físicos (incienso, velas, piedras,…)
Es desde la pureza, desde una predisposición incondicional, que se produce la sanación, porqué tú, cada uno, es parte de Dios, y no necesitamos nada más para crear equilibrio en nuestras vidas, solo el conectar con esta parte divina que todos somos. El camino del autoconocimiento nos llevará hacia nosotros mismos.
Reiki es una puerta, de tantas que hay para hacer servir la energía para nuestro propio bienestar y el de los demás. Es aprender a ser concientes que tu eres un ser espiritual y que esta energía espiritual puedes utilizarla para crear el bien al planeta y a todos aquellos que lo habitan.
El camino del autoconocimiento nos llevará a nuestra plena integridad y sabiduría, y Reiki es una puerta abierta que nos permitirá llegar a conocernos un poco más al aprender a hacer servir la energía que somos.
Reiki es la sanación a través de la energía crística, una manera de vivir desde el amor al servicio de todo aquello o aquellos que lo necesiten. Cuando más sientas el amor en ti, más amor podrás dar.
¡Ámate y conócete!
Este es el camino de la verdadera sanación.



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