Una vez había un ser humano jugando al dominó con Dios.
Este empieza la partida poniendo el seis doble. Nuestro personaje, después de
mirar el juego que tenía, decide descartar el seis/cuatro.
Llegó el momento, con la partida avanzada, que no pudo
mover ficha. Entonces Dios, hace tres jugadas seguidas, y a continuación le
dice:
-
Ahora te toca a ti.
Nuestro ser humano
se sentía del todo perdido pensando que se debería de quedar las fichas que tenía
entre las manos, cuando se dio cuenta que la jugada que había realizado su
compañero de juego le permitió ponerlas todas, una detrás de la otra.
A continuación, contento y un poco extrañado, dijo:
-
¿Cómo es que siempre
gano yo?
-
Te sentías perdido
por momentos, ¿verdad?
-
Sí.
-
Aunque estés tiempo
sin mover ficha ni ver resultados, piensa que las jugadas que yo estoy
realizando te permitirá ganar al final.
-
......... (Silencio)
-
¿Qué has aprendido?
-
A confiar y a saber
que todo lo que estoy viendo y sintiendo, es para mi mayor bien.
-
Da gusto jugar
contigo – le respondió Dios. Siempre me alegra ver a un hijo mío estar
contento…….y “ganar”.
En la vida sucede lo mismo. Te piensas que estás solo/a,
pero nada más lejos de la realidad. Aquello que parece un “parada” en el
camino, sólo es un reposo para “el jaque mate” final y ganar.
Aprende a aceptar estos momentos porque el mayor bien se
está preparando para ti. Aprende de los momentos y deja que “los de arriba”
también hagan su faena, después de haber tú, movido ficha.
Confía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario