domingo, 12 de julio de 2020

No hay manera


 

-         Por más que lo intento, no hay manera de conseguirlo – dijo un día un discípulo a su maestro.
-         Cuando lo hiciste por primera vez, ya diste el consentimiento para que todo pueda ser.
-         ¿A quién, maestro? ¿A quién di el consentimiento?
-         A tu ser para ser merecedor de lo que pedías, y al universo, para que te ayude en tu camino hacia tu objetivo.
-         Pero llevo mucho tiempo haciéndolo y no acabo de llegar a ello. A veces parece que ya esté, pero todo parece detenerse y no ir más allá de donde he llegado.
-         Son pasos para abatir la resistencia que hay en tu ser.
-         ¡¡¡Pero yo sí que lo quiero!!! – dijo el discípulo con énfasis.
-         Cada intento es un paso más dado para que al final puedas liberarte de lo que hay en ti que no te permite conseguir lo que quieres.
-         No entiendo por qué no lo consigo debido que yo sí que lo quiero, a más a más, me estoy trabajando, meditando y sintiendo mi esencia para que todo sea, en cambio, no lo consigo.
-         ¿Qué sientes en estos momentos en relación a lo que quieres? – le preguntó el tutor.
-         Impotencia – le respondió el chico.
-         Cuando sientas la certeza que todo será, entonces llegarás a acercarte tanto a tu objetivo, que éste no le quedará más remedio que ceder a tu petición y llegar a ti.
-         Pero por más que lo intento no hay manera – continuó diciendo el chico.
-         No pienses que no puedes. Piensa, y sobre todo siente, que ya lo tienes. Aquello que quieres te llegará en su momento, y éste no se encuentra en la impotencia, sino en la certeza y serenidad que todo está siendo.
-         ....
-         Sé paciente y confía con lo que te has propuesto – continuó diciendo el maestro. El proceso que estás siguiendo ayuda a tu alma a liberarte de lo que te sujeta a la negación. Cuando más confíes y seas constante, las puertas de la materialización se presentarán ante ti. Solo se requerirá abrirlas y pasar al otro lado.
-         (El chico escuchaba atentamente a su tutor).
-         No hay nada que tu corazón no pueda conseguir. Escúchalo y sabrás qué hacer en todo momento. Él te dará la dirección correcta a seguir y la calma y serenidad necesarias para continuar en ella.

El discípulo hizo una salutación de agradecimiento a su maestro y dio media vuelta alejándose para continuar su camino, pero esta vez con una enseñanza más, sabiendo que la paciencia eleva a todos aquellos que la utilizan.

No hay comentarios: