domingo, 1 de junio de 2008

El Arco Iris


Nuestra vida es más extensa que los años que podamos tener actualmente. Nuestra alma sigue un proceso evolutivo que conlleva abrir muchas puertas, y experimentar una serie de vivencias que le permitirán ir evolucionando. Cada una de las puertas que abra le hará dar un nuevo paso hacia su ascensión.
El hecho de haber pasado por diferentes situaciones, unas en un plato de la balanza y otras en el otro plato, sabremos que hacer para mantener este equilibrio necesario, disfrutar de una plena cualidad de vida interior y conseguir la felicidad.
Aprendiendo de lo que vivimos, de nuestra actitud ante la vida, nos permitirá manifestar la serenidad y la calma en los momentos presentes. Cuando más nos conozcamos, más nos daremos cuenta de quienes somos. Este “despertar la conciencia” se consigue a través de las experiencias vividas a lo largo de nuestra existencia, no solo la de estos momentos terrenales.
Cada vida vivida obtenemos un color por el cual vemos aquello que nos pasa. Necesitaremos varios filtros para darnos cuenta que aquello que vemos solo depende de nuestra visión en aquellos momentos y no de la realidad absoluta del hecho. Llegamos a un punto de nuestro camino que nos cansamos siempre, de verlo todo con un solo color. Cuando así sea, habremos abierto la puerta del aprendizaje y nos predispondremos a dar el siguiente paso y abrirnos a verlo de otro color, quizás no tan oscuro. Con el tiempo nos volveremos a cansar de este nuevo color porque nos volveremos a dar cuenta que este color elegido no nos permite ver las verdaderas tonalidades que la vida tiene. Y así sucesivamente…
El volver a la vida (la reencarnación) es necesario para nuestro aprendizaje y darnos cuenta que no siempre hemos de verlo todo desde un filtro con un color concreto. A lo largo de nuestra evolución (aprendizaje en las diferentes encarnaciones) sabremos cuando es necesario un color u otro, no siempre será el mismo que habremos elegido al nacer, y con nuestra evolución espiritual (la evolución de nuestra alma), nos daremos cuenta que no será necesario ponernos ningún filtro para verlo de un color u otro.
Nosotros somos todos los colores, y automáticamente, nuestro corazón nos mostrará lo que necesitemos a cada momento. No será necesario aferrarnos a nuestras ideas preestablecidas, abriéndonos a la vida sin temor, porque en todo momento veremos la Verdad de la situación vivida.
¡Tú eres el Arco Iris! No te quedes con un solo color cuando puedes mostrar tu belleza con toda tu plenitud.

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